viernes, 18 de diciembre de 2009

RdM – Osmonik: la tienen adentro

Donde más les gusta.





El 2009 ha sido un año atípico en muchos sentidos. Una anormal demora en el desarrollo del torneo juntó muchos partidos en esta última época del año, donde Resto del Mundo debía definir su suerte en pocos días. Por otro lado, este blog, siempre acompañando al equipo desde sus primeras incursiones en la B, con el mismo grado de excelencia y compromiso que el team mostró en la cancha, en este caso sufrió una notable decaída, a raíz de menesteres propios a la organización del staff que no viene al caso explayar en estas líneas. Se han perdido los relatos del cómodo triunfo frente al Petrolero (3-0), de la crucial victoria por la mínima frente a MVN, y mucho más aquí, el decepcionante 1-1 ante Ballena Franca, y la demoledora derrota frente a Sfidenze (0-1) que nos alejó definitivamente de la chance de ser campeón. Esta seguidilla de partidos no pudo ser menos oportuna. A las dolorosísimas y ya definitivas bajas de Ferka y del Amigo de los niños, players que no han visto acción en lo que va de la temporada por sendos problemas en la articulación tibio-femoral, se les sumaron para este desenlace la ausencia espiritual del señor Ezequiel Moralejo (esta columna se reservará comentarios acerca de dicha situación), y la sensible indisposición del artillero, as de espadas, genio y figura de este team albinegro, hablo del señor Pablo Esteban Haedo, quién acusa una pubalgia que lo marginó de las canchas justo en el momento de encarar esta recta final del torneo. Estas dificultades en el armado del equipo (y principalmente en la evidente carencia de delanteros), complicó mucho las cosas, y el resultado estuvo a la vista. Se perdieron muchos puntos, el campeonato resultó inalcanzable, y el viejo sueño quedó, una vez más, hecho trizas.
Pero el año aún no había llegado a su fin. Resto del Mundo debía cargar todos estos problemas a cuestas, y encarar el día sábado 12 de diciembre, bajo el intenso calor casi veraniego de esta querida ciudad, el choque cara a cara contra su par osmonikeano. Obviaré comentarios que introduzcan a algún lector desprevenido a este enfrentamiento (para más datos, remitirse a los duelos 07 y 08 narrados en este mismo blog). Resto del Mundo debía esta vez responder al llamado de la historia, que bajo el frío y riguroso análisis de la estadística, arrojaba una verdad: pese a haber realizado más ricas y mejores campañas, de cosechar más lauros y menos decesos que su rival, nunca en la era ex alumnos había podido vencer en el mano a mano al equipo gris. Un tibio empate y dos dolorosas derrotas por idéntico marcador (1-2) completaban el historial hasta este sábado.
Entonces, Resto alineó a sus mejores –y únicos, seamos buenos- hombres en la cancha; tripa, corazón, y sin más que eso salió a la cancha. Alca en la valla; la línea de 3 sale de memoria hace 3 años, Mula, Peralt y Musgo; en el medio, Boto por la derecha, Manu como volante central, y Santi por la izquierda; arriba, un improvisado delantero, quien acerca estas líneas a todos ustedes, y el Cabe de punta-punta. El esquema había fallado en el partido con Sfidenze, y por lo tanto se buscó liberar un poco más a Manu, con la intención de conectarse más con los delanteros, y hacer que tanto Boto como Santi le cubran más la espalda al talentoso número 15. Perdí otro sorteo, primer tiempo atacando hacia la reserva, y a rodar el fuchibol en la cancha 1.
El partido comenzó como siempre, parejo. De movida se notó que a Resto le costaba llegar con gente. Manu arrancó activo, jugando, tocando y pasando al ataque, pero costó de entrada hilvanar alguna jugada de peligro. El rival en cambio salía con pelotazos jugados prolijamente. Los delanteros recibían de espaldas y descargaban de primera con bastante criterio, y así iban sumando gente en ataque. Una constante de este primer tiempo se hizo presente desde el arranque ya: a Resto le iba a costar mucho salir de posición defensiva, ya sea por desinteligencias en la última línea, por exceso de confianza o por perder los rebotes en el medio. Sin embargo, el primer peligro de la tarde lo generó Resto del Mundo. Una infracción sancionada en el borde del área, bien volcado hacia la derecha, fue la primera aproximación. El cobro era indirecto, por lo tanto, luego de una ceremonia interminable a cargo del árbitro y de los integrantes de la barrera, Manu tocó cortito para el Cabe, que castigó con zurda. La pelota se estrelló contra el primer poste y fue devuelta con fuerza. Lo tuvo Resto pero no pudo ser. En la siguiente jugada, el corner desde el mismo sector es rechazado a medias, deriva en este humilde servidor, que remata incómodo y muy defectuoso, pero el balón encuentra la humanidad del Cabe nuevamente al ingresar al área, que corrige su trayectoria con oportunismo y precisión, y obliga a la notable estirada del arquero. Así se ahogó el primer grito de la tarde para Resto del Mundo. Fuera de esto, las acciones en esta primera parte fueron comandadas por el equipo que nunca ascendió a primera. Tiros libres no riesgosos, algún que otro cabezazo que prendió la luz de alerta, y principalmente la presión sobre los defensores antes mencionada. Iban a contar con una chance de gol clarísima: jugada por izquierda que no recuerdo, pelota que cruza con cierta lentitud a la derecha, para que ante la mirada atónita de todo el equipo, excepto del Alca, el balón quede servido ante la entrada de un delantero, que remata alto y con violencia. Afortunadamente, el guardavalla restista salió con notable velocidad a atorar, y, con sus brazos en alto, realizó una parada formidable ante el potente disparo con inequívoco destino de red. Impresionante.
Un tiro libre desde la izquierda ejecutado con precisión por el rubio Avalle (detalle no menor) quedó justo para la entrada en soledad del señor de las alturas, Chulo Peralta, que por no abrir bien los ojos, casi casi que pifió el testazo que podría haber abierto el marcador.
El primer tiempo se extinguió, con un Resto del Mundo bastante partido en sus líneas, sin poder encontrar la pelota en el medio, y levemente dominado por su rival, que sin ser muy claro, tenía el dominio del territorio.
Luego de unas charlas de regadera entre los players, el equipo dispuso un cambio táctico para el segundo tiempo. Consistió en correr a su habitual puesto por la izquierda a quien suscribe, moviendo levemente a Santi hacia el medio para ayudar a Manu, y así intentar copar la mitad de la cancha, zona donde Resto del Mundo estaba perdiendo la pulseada. El Cabe iba a quedar muy solo arriba, es cierto, pero la intención era manejar más la pelota y llegar acompañando. A la postre, se vería que la variación surtió efecto. Resto salió mucho más decidido a jugar este segundo tiempo. El desarrollo de las acciones se dio en su mayoría en el campo rival. Alca era casi un espectador, y si bien las ocasiones de gol brillaban por su ausencia, el equipo estaba mejor parado, el balón circulaba con mayor fluidez, y Resto dominaba levemente.
Entonces, promediaba la segunda etapa y los equipos no se sacaban ventajas. Algo tenía que pasar para sacudir la modorra. Y pasó que Resto dispuso de un tiro libre cerca de la banda izquierda del ataque. Santi se preparó para ejecutarlo. El rival no dejaba a nadie para el contragolpe, por lo cual el caudillo Musgo instó al zaguero quemero a entrar a bucar al área. La pelota fue cruzada, pasada, donde estaban las parejitas formadas buscando el cabezazo. El arquero salió disparado al ver tirado cerca del lateral un cupón vale por un alisado definitivo de pelo gratis, y no contó con que así iba a dejar, una vez más, su valla, tesoro más preciado, desprotegida a sus espaldas. Tampoco contaba, por supuesto, con que el emperador de las alturas, el patriarca del juego aéreo, el metro noventa y uno de pura chuleza, se iba a elevar más que todos, devolviendo la pelota para el primer palo, en donde la Mula, que al haber entrado desde el fondo no tenía marca alguna, conectó con el parietal a la redonda, para hacerla ingresar mansamente por el medio del arco, y desatar el grito en todas las gargantas albinegras.
Resto abría el marcador. Lo merecía, por el par de chances del primer tiempo, y por el juego y actitud del segundo. Festejo, y a rearmar las líneas. Con la ventaja en el tanteador, RdM jugó sereno, con aplomo. Manejó la pelota, tocó, marcó, se defendió con la tenencia, como marcan los libros, generó infracciones, y tuvo tiempo para llevar peligro una vez más, con una jugada brillante: un par de toques sobre la izquierda, pelota que deriva en mi persona, pase al medio hacia Boto, que de primera y magistralmente, asiste de taco a la entrada por izquierda de Manu. El morocho que lleva la 15 remata débil y el disparo es contenido por el guardameta. Pablo, que ya estaba en cancha para jugar unos minutos pese a sus dolores, esperaba por la derecha, aunque Manuel nunca lo vio. Osmonik no inquietó nunca más. Sólo tuvo tiempo para que el portero saliera otra vez lejos de su arco, pero esta vez para cortar una jugada de peligro comandada por Manu. Pido disculpas por no poder narrar la jugada al detalle, pero algún transeúnte me tapó la visión. Lo que aparentemente ocurrió es que Manu llegó primero a la bocha, y el muchacho rival, sumido ya en la impotencia total, lo derribó, precipitando su salida del terreno de juego y acrecentando aún más la frustración gris-tristeza.
No hubo tiempo para más, el juez pitó el final, Resto festejó, el rival protestó, tal vez buscando una explicación a la inflamación anal, tal vez para obtener, ahora sí, un protagonismo que en el transcurso del partido nunca tuvo. Da igual, los 3 puntos son albinegros, como manda la lógica. La casa está en orden: la heladera en la cocina, el inodoro en el baño, y la tanga gris tirada al lado de la cama.
Como equipo grande que es, Resto no salva el año como otros han salvado lustros enteros con victorias similares a esta. Se sabe que por momentos se ha jugado realmente mal, que el compromiso este año no ha sido tan intachable como en otras temporadas, y se apela a un guiño de la buena fortuna, para que no nos deje tan diezmados en cuanto a lesiones se refiere. La grandeza restista exige el año entrante estar una vez más peleando ahí arriba, y resulta casi una obligación esta vez conseguir el tan ansiado título. Pero mientras tanto, esta victoria nos dibuja una sonrisa. Y vamos Resto, con huevo vaya al frente.

Uno x Uno

Alca (7): una atajada monumental, un centro muy complicado que sacó muy bien al corner, y voz de mando en todo momento. Gran partido del n° 1.

Mula (7): en defensa, seguro, aunque dio algunas libertades para jugar de espaldas. Pero su indudable aporte fue el gol del triunfo. Su aparición fantasmagórica valió 3 puntos.

Peralt (6,5): muy seguro como siempre de arriba, impuso su presencia en el área rival. En el primer tiempo tuvo una muy clara, y bajó con maestría la pelota del gol.

Musgo (5,5): menos firme que otras veces, igual completó una buena actuación. Algunas salidas excesivamente líricas pudieron significar más de un dolor de cabeza.

Boto (5,5): armó bien el mediocampo para recuperar en el segundo tiempo, y siempre buscó asociarse para tocar. Un gran taco fue el toque de calidad de la tarde.

Manu (6): muy activo en el primer tiempo, pasó al ataque y llegó a posición de gol. Hizo expulsar un jugador.

Santi (5): algo perdido en la primera etapa, se afianzó en el complemento y fue importante en las pelotas paradas.

Bollo (5,5): la vio pasar de largo en el primer tiempo. Acomodado a la izquierda en el segundo, manejó mucho más la pelota, con cierto criterio.

Cabe (6): exigió dos veces en el primer tiempo. El la segunda etapa, muy solo arriba, se las rebuscó para aguantar la pelota de espaldas y descargar.

Pablo (-): ingresó faltando 5 minutos, y bancó bien un par de bochas para que pase el tiempo lejos de nuestro arco.

Hinchada: numerosa y calurosa. A la firme e incondicional presencia del rubio amigo de los niños, se le sumó el retorno de Aladdin, la presencia ya infaltable de las chicas Carla y Yami, y la nota de color, Gusano, quien llevó orgulloso los colores albinegros en el pecho. Emocionante.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

RdM - El Petrolero: sumando, allá a lo lejos

El partido se disputó hace más de un mes. Resto obtuvo una cómoda victoria por 3-0 frente a su rival celeste, y se acomodó un poco más en la pelea por la vanguardia.

Formación: Alca; Mula, Peralt, Musgo; Boto, Manu, Bollo; Cabe, Pablo

Ingresaron: Millo x Cabe (0' ST) y Cabe por Pablo (10' ST)

Goles: Pablo (5' PT), Bollo (13' PT), Millo (8' ST)

Amarillas: ni idea.

Rojas: no hubo.

Hinchada: bastante. Fran, Juan Cruz, Ferka y Sra., Sra de Pablo, y alguno más, no me acuerdo.

Bondiola: muy rica, con criolla.

Resto: corazón.

River: puto.

Desde ya: muchas gracias.

martes, 15 de septiembre de 2009

RdM – La Banda: ¿Jugar bien? Ganar.

Un sol radiante se erigió por sobre las cabezas de todos los presentes en Puerto Madero en este caluroso mediodía de septiembre en el cual Resto del Mundo debía demostrar que el mal trago sufrido una vez más frente a OSDE en la última fecha era cosa del pasado, y que se encontraba dispuesto a salir adelante y hacer notar que estaba más vivo que nunca. Ante tamaña responsabilidad, el equipo se hizo presente desde temprano para ultimar detalles, y no menos podía esperarse de la hinchada: por la mañana se provocaron incidentes entre la policía y los enardecidos simpatizantes, que se aproximaron en masa a las boleterías para apoyar a Resto del Mundo en este duro encuentro. De este modo, la platea femenina, y la popular de los machotes, estuvieron repletas, como en sus mejores tardes, y el color y el aliento se hicieron sentir en todo momento.
Pero vamos a lo importante, que es lo que ocurrió en el verde césped. A la ya permanente y definitiva ausencia para este 2009 del Amigo de los Niños Francisco Barone, se le vienen sumando las bajas por diversas dolencias del Licenciado Yu, quien hasta aquí no vio acción (y tampoco se lo vio merodeando el campo de deportes un domingo), de la Tanqueta Muschitiello, y una incipiente molestia en un tobillo del artillero obeso, Ezequiel. Ante esta considerable merma en la disponibilidad de sus players, el cuerpo técnico debió meter mano, solucionar un par de cuestiones logísticas (gracias Fran por tu aporte a la causa) y solicitar una vez más los servicios de Santi Avalle para completar su formación titular. En consecuencia, el equipo salió al campo de juego con Alca en la valla. Línea de tres con Mula, Chulo Peralt y Santi. Mediocampo compuesto por Boto, Manuel como volante central y quien les habla, Pablo B. por la izquierda. En el ataque, la dupla que se repitió en los 5 partidos hasta aquí disputados. El Cabe Cabezón, y Pablo Esteban Haedo.
De entrada, la premisa fue intentar acompañar más a los delanteros en posición de ataque, ya que venía ocurriendo en los partidos previos que el equipo carecía de peso ofensivo, y por lo tanto le estaba costando mucho llegar al gol. Dicha función recaía sobre mi persona, quien debía desdoblarse para cubrir la banda izquierda, y a la vez en ciertos momentos una posición de tercer delantero, a la vez que obligaba a redoblar esfuerzos tanto a Manu como a Boto y a Santi para tapar los huecos que dejaba mi subida.
Comenzó el fútbol en la cancha 2, y de entrada Resto dominó. Mostrando mejores armas que su rival, el equipo albinegro demostró de entrada que iba a ser el que propondría para llevarse los 3 puntos en disputa. El conjunto tricolor apostaba a no desarmar sus dos líneas, a mantener el orden y a intentar salir con rapidez y precisión en contragolpe, y así encontrar mal parada a la defensa de RdM, cosa que pudo haber ocurrido en una primera llamada de atención para nuestro equipo, cuando un delantero rival corrió bastante solo pero finalmente se diluyó y pudo ser neutralizado por la marca. Resto salía desde el fondo con mucha prolijidad y paciencia, algo poco frecuente, pero a la vez se le complicaba para hacer circular la pelota más allá de la mitad de la cancha. Los volantes estaban marcados, por lo cual luego de algunos toques en la salida, se optaba por buscar directamente a los delanteros (en especial a Pablo, recostado sobre la banda izquierda). Esto obligó a que Manu bajara a buscarla bastante atrás, cosa que se ve que a Mula no le agradó, ya que a pesar de tenerlo al lado, lo ignoró por completo para hacer su gracia: avanzar un par de metros y meter un pelotazo. Bien igual. En medio de esto, un par de aproximaciones, un tiro muy exigido de Pablo que se perdió lejos, y la única jugada clara de Resto en la primera etapa: salida por la izquierda con Santi, que juega la pelota por la banda para Pablo. Éste juega de espaldas y de primera hacia el medio, para el pique de este humilde servidor, que recibe de frente, elude bien a su marca, y cuando estaba por ingresar al área, define con cara interna por bajo, buscando el palo más alejado del portero. Claro que fue tan alejado que se perdió metro y medio afuera. Al terminar el partido, reflexionaría que visto y considerando lo pastel que era el arquero rival, en lugar de buscar la sutileza, debía haber ajusticiado con violencia, y posiblemente se habría abierto el marcador, pero ya era tarde para lamentos. El primer tiempo sólo tuvo tiempo para algunas escaramuzas que escaparon a mi comprensión, un par de tiros libres que mejor ni recordar, y se perdió con la pizarra en blanco, y cierta preocupación en los muchachos de Resto, que si bien había sido mejor que su rival, no estaba encontrando su juego ni la forma de generar riesgo en el arco contrario.
El sector izquierdo era la zona elegida por el equipo para atacar, pero a la vez un conflicto en la medida en que el mediocampo se despoblaba, y Manu debía combatir muy solo en la zona para recuperar el balón. Con los mismos 9 players (no había suplentes tampoco, seamos buenos), se dio inició a los últimos 20 minutos de juego. Acá, se vio lo peor de Resto en el partido. Pocas ideas, imprecisiones y escaso control de pelota, nivelaron las acciones del encuentro. Si bien La Banda nunca se propuso atacar con gente, el partido ahora era parejo y Resto no tenía idea de cómo podía llegar a hacer un gol. Sólo dos corners desde la izquierda sacudieron la abulia: el primero, pasado, fue conectado por Peralt entrando por el segundo palo, pero sin mucha potencia, quedó servido para la contención del arquero. El segundo sí, peligrosísimo. Centro cerrado a media altura, el balón inexplicablemente cruzó toda el área, y fue nuevamente Peralt quien entrando por el segundo palo, con el olfato típico de un goleador de raza, estiró su larguísima humanidad para llegar a impactar el balón con la pierna derecha, y hacernos creer a todos (o al menos a mí, que desde mi perspectiva del corner sólo podía ver si se inflaba o no la red) que se abría el marcador. Pero no, la pelota se perdió a escasos centímetros del palo izquierdo del arquero, y el partido seguía en cero. Los últimos 10 minutos de Resto fueron pura voluntad y nerviosismo. Mientras veíamos como el partido se nos escurría entre los dedos, sumergidos en la impotencia de no poder generar chances ni arrinconar a un rival decididamente inferior, se intentaba por toda vía llegar al gol del triunfo. La figura de Manu se agigantó en el mediocampo, capturando como un pulpo toda pelota perdida en el mediosector, y distribuyendo con la fineza y el criterio que siempre lo distinguieron. La derecha había comenzado a ser salida, como no lo fue en el primer tiempo, y pese a algunas imprecisiones entre Mula y Boto, se veía que por ese costado podría encontrarse algo, aunque claro, ya a esta altura, faltando menos de 5 minutos, parecía casi como intentar sacar agua de las piedras.
Pero pudo ser peor: La Banda se estaba guardando su situación más clara para este momento del partido, cuando logró poner mano a mano con Alca a un delantero que entraba desde la izquierda. Afortunadamente, el muchacho remató muy suave y muy desviado, o sea, pésimo, y todos así pudimos largar el aliento contenido. Musgo avisó que quedaban dos minutos, y sólo ahondó la frustración general. Pero había que seguir buscando hasta el pitazo final. Y fue entonces que, tal vez por obra de Dios, que nos quiere por condenar todos el aborto y la homosexualidad, por propia capacidad, que aaaalgo con la pelota sabemos, o por capricho del destino, que no concebía un torneo en el campo que a la 6ta fecha Resto ya no peleara, la pelota salió desde la defensa por la derecha, Boto la jugó por la banda para el Cabe, quien se escapó de su marca y cruzó el centro para Pablo. El 14 recibe la pelota picando, de espaldas, se acomoda para dejarla correr y así con el cuerpo desplazar a su marca, y cuando le queda la pelota picando para la zurda, no duda y remata con potencia, para ver cómo las débiles manos del guardameta fueron estériles ante el tiro no tan cruzado y a media altura del goleador restista. La red se infló a un minuto del final, y las gargantas enrojecieron de locura, como hace largos meses no ocurría. Jugando un partido olvidable, sin encontrarle la vuelta nunca en el juego, Resto lo ganaba en el final de guapo, por jerarquía nomás, porque tiene jugadores que pueden hacer la diferencia. La Banda sacó del medio, hubo tiempo para un par de pelotas divididas, quilombo, fútbol feo, un tiro libre inventado en mitad de cancha, y nada más. Pitazo, festejo, y 3 puntos cruciales a la bolsa blanca y negra.
El equipo necesitaba ganar sí o sí para no bajarse de la pelea, y para sumar confianza luego de una flojísima producción en el partido anterior. Sin embargo, este triunfo deja muchas incógnitas. Preocupa la falta de gol, y más que en los primeros partidos, ya que en ese entonces se trataba de falta de efectividad para definir, mientras que ahora se evidencias problemas para llevar peligro al arco rival. El regreso de Musgo aportará mayor solidez y liderazgo en el fondo, y se espera una presencia efectiva en la red tanto de los volantes como del Cabe, quien hasta aquí ha completado buenos partidos pero sigue lejos del gol. El domingo deberá corregir todo esto y jugar los 40 minutos concentrado, para seguir en la pelea y ganar el partido que todos queremos ganar.

Uno x Uno

Alca (6): no tuvo trabajo, la verdad que no tuvo que atajar ninguna pelota en todo el partido.

Mula (6): seguro en la marca, sólo cometió algún foul innecesario, mientras que a veces que debería meter un leñazo, se excede en el fair play.

Peralt (6): otro que anduvo sin fallas en la marca, y con presencia en el área rival, pudo abrir el marcador en una jugada clarísima.

Santi (6,5): bien. Clausuró su sector, fue salida constante y pasó al ataque, a pesar de no recibir mucho la pelota en posición ofensiva.

Boto (5,5): dejó todo en la marca, tuvo un buen primer tiempo, y luego se diluyó un poco. Su deuda es aportar más a la ofensiva.

Manu (7): manejó los hilos, recuperó muchas pelotas y casi siempre la distribuyó con calidad y con mucho criterio. Champagne.

Bollo (6): Se plantó más adelante para acercar la pelota a los delanteros; en el primer tiempo armó la jugada de mayor peligro, pero nunca consiguió poner una asistencia. (gracias Mula)

Cabe (5,5): todavía no encuentra su posición ideal para ser peligroso. Pese a eso, juega de espaldas, pivotea bien, y tuvo responsabilidad en el agónico gol.

Pablo (6,5): el 14 estaba teniendo un partido feo. A veces muy parado, otras impreciso y falto de distancia. Pero claro, goles son amores, zurdazo sobre la hora y tuki*, a cobrar.

IP (Injured players): Musgo vivió el partido a full, alentó en todo momento, protestó con el árbitro y celebró mucho el tanto del triunfo. Fran alternó entre el aguante de los trapos, y el frívolo glamour de la platea. Millo se ausentó, y Ferka prometió aparecer. Lo seguimos esperando.

Hinchada: como se dijo en la previa, muy numerosa. Muchas chicas, mucha gafa y colores combinados. JC, amnistiado tras un par de ausencias imperdonables, vivió el partido palmo a palmo con Musgo entre mate y cigarrillo al borde de la línea de cal, y alentó en todo momento. Gracias por su presencia!


* dedicado a vos, Fran.

lunes, 31 de agosto de 2009

Rdm 0 - OSDE 1: Para nosotros, es el PAMI.

Un marco espléndido, inédito para un 29 de agosto, circunstanciaba un encuentro a priori muy complejo contra un viejo conocido, OSDE. Un historial desfavorable in extremis justifica que su sistema de juego ha siempre resultado indescifrable para este buen equipo que es RdM. ¿Por qué? Si bien sostenido por un planteo conservador y contragolpeador, cuenta con jugadores de notable buen pie, que entienden mucho a la hora de tocar, pisar y distribuir.

La gran ausencia del team era el Mosquetero Muschitiello, valuarte y cancelador de la banda izquierda de la defensa. Más allá de eso, la formación ya comienza a salir de memoria: Alca en la valla; La Mula, Peralt y Santi, en la zaga; Bollo, Manu y Boto, en el centro del campo; Pablo y El Cabezón, en la temible delantera. En el banco, esperaba, deseoso de entrar e incansable en el aliento, este humilde servidor, acompañado por el Mosquetero embotado y el EX-hincha, que daba la casualidad que no tenía otra cosa que hacer y se dignó a aparecer.

Pitazo inicial, y se largaban 40 minutos del deporte más hermoso del mundo, pero en una versión no tan hermosa. Ya en un comienzo, el equipo rival se veía mejor parado y jugando prácticamente a voluntad, de la mano de la gran figura del partido, el 5 contrario. Resto se mostraba dubitativo, anonadado y con una inusitada falta de intensidad y actitud. Aún así, se las ingenió para hacer llegar el balón a la bestia que tiene como centroforward. Pablo, ese titán de electrizante gambeta e incontrolable potencia, tuvo dos chances muy claras, nacidas de su propia capacidad generadora de peligro, pero lamentablemente no pudo concretarlas.

Promediando la primera etapa, el desarrollo ya se volcaría decididamente en beneficio de OSDE, posicionándose en campo restista con un juego asociado muy criterioso y preciso. Luego de un lateral ejecutado por Peralt, conceptualmente erróneo, la pelota cae en el pie del peligroso 5 rival y avanza hacia la línea defensiva restista en pleno dominio del esférico. Cuando se le encima la marca, la entrega a Adán, quien vuelve a ganarse el paraíso al devolvérsela en una posición inmejorable para dar la puntada final. Así, pisando el borde del área, ese maldito 5 propina un cachetazo divino para colocar el balón en el palo más alejado del Alca, que nada pudo hacer ante tan magistral ejecución. Silencio sepulcral. Los minutos restantes seguirían de la misma manera, con un RdM apático, que no lograba reponerse del golpe. No hubo mucho más que resaltar.

En la charla del entretiempo, se pretendió hacer hincapié en la intensidad y la concentración, pero había que mejorar en todos los aspectos de juego. Como si hubiera hecho efecto realmente, se pudo empezar mucho mejor, coartando los circuitos de juego del equipo rival y con mayor rigor en la marca. No obstante, el arco rival nos estaba quedando demasiado lejos, imposibilitando traducir esta mejora en situaciones para conseguir el tan ansiado gol del empate. A los 13, el cuerpo técnico determina la entrada del cronista, en lugar de Boto, para buscar una mayor presencia ofensiva. Eze pasaría a acompañar a Pablo en la delantera, mientras que El Cabezón se ubicaría en posición de media punta, ayudando más a la generación de juego. De alguna forma, el objetivo daría sus frutos porque el equipo podría encontrar las chances más claras del encuentro. En primer lugar, luego de una corajeada de Pablo, al recuperar una pelota prácticamente perdida, Eze no logra acertar al arco mas sí a la 5ª luna de Saturno, con un remate estratosféricamente desviado. Dos minutos después, Bollo pisa los 3/4 con pelota dominada, vislumbra la entrada del Mago Manuel por el segundo palo y se la coloca en la testa de manera magistral. Con un toque que habla a las claras de su categoría, el mago asesta un cabezazo brillante en dirección al corazón del área, el cual inexplicablemente no pude ser conectado por Pablo. Así terminaría el partido, con RdM empujando y empujando, y quizás justificando un empate que no pudo ser.

RdM 0 – OSDE 1, e historia repetida. Hay mucho por replantearse. Más allá de un segundo tiempo aceptable, se jugó, por lejos, el peor partido del año y uno de los peores de la historia reciente. Lleno de desconcentración y desaciertos, constituye la primera derrota del año, pero en contrapartida, nos permite encender la señal de alerta. Quedan 8 partidos todavía, falta mucho y puede enderezarse el rumbo, pero NO de este modo. El equipo tiene nuevamente que sacar a relucir la garra, la intensidad y por sobre todo, el fútbol que lo ha caracterizado desde su gesta.

EM

Uno x Uno

Alca (5.50): Buen desempeño, sin mayores sobresaltos. Nada de responsabilidad en el gol.

La Mula (5.00): El mejor de la defensa, aunque eso no es decir mucho.

Peralt (4.00): Uno de sus peores partidos. Tuvo responsabilidad en el gol, al regalar un lateral a la figura del rival, y dejar su puesto descubierto. Mejoró en el 2º tiempo.

Santi (4.50): Muy flojo desempeño, sobre todo en el primer tiempo, de un tipo tradicionalmente rendidor. No acertó en los pases y estuvo impreciso.

Bollo (5.00): El capitán no pudo desplegar su juego, más allá de algunas pinceladas en el final del partido. Se lo vio falto de movilidad y de la intensidad característica.

Manu (5.50): Es la magia del equipo, con su pisada y visión de campo. Gran asistencia de cabeza a Pablo.

Boto (5.00): De timorato primer tiempo, fue clave en el segundo, con su fiereza y entrega. Gran murra para ganarse la tarjeta amarilla. Este cronista lo festeja a viva voz.

Cabe (4.50): No encontró su truco.

Pablo (4.50): El dominio del área, siempre temible. Sin embargo, tuvo 3 ocasiones claras y no pudo concretarlas.

Millo (4.50): En su pequeño rato en cancha, corrió y se esforzó. Tuvo una clara y la colgó. Una pena.

martes, 11 de agosto de 2009

Tabla de goleadores

Pablo 3
Millo 1
e/c 1

RdM – Chiribabuza: Arrancamos...

Luego de que las pandemias y el invierno nos hayan dado un respiro, la actividad deportiva que nos conmueve año tras año nos convocaba una vez más en las instalaciones de Costanera Sur. Y en este domingo 9 de agosto, el evento nos enfrentaba a un viejo conocido, hoy por hoy casi desconocido, a juzgar por la cantidad de ausencias y caras ignotas que presenta en su formación actual. Se trata de Chiribabuza, equipo que supiera darnos dolores de cabeza a montones en otras épocas de ex alumnos. Una pequeña perlita que refleja esto: fue el único equipo que en nuestra historia de ex alumnos nos marcó más de dos goles en un partido (1-3). Pero claro, como decía recién, el presente de este equipo azul y verde es muy distinto de aquél. Si hasta estuvieron hasta último momento con 6 jugadores en cancha, demorando el inicio del cotejo lo máximo que pudieron para completar la formación. Resto del Mundo, en cambio, mantiene con los años su coherencia, seriedad, su base de siempre, y podría decirse que pasa por su mejor momento, ya convertido en un equipo reconocido y respetado por todos en la máxima categoría. El equipo base volvería a repetirse en esta ocasión, aunque contando ahora con un refuerzo en sus filas: el regreso del Señor Ezequiel Moralejo después de un prolongado exilio por el Viejo Continente. El promedio kg/jugador albinegro subió considerablemente. En conclusión, Resto salió a la cancha con el siguiente noneto titular: Alca, quien volvió a calzarse los guantes después de una fecha de ausencia; Mula, Chulo Peralta, Musgo, la defensa que ya se repite de memoria después de dos años de compartir la zaga; Boto (feliz cumpleaños), Manu, Bollo; Cabe y Pablo con doble punta para doblegar a la defensa contraria. En el banco aguardaban entonces el ya mencionado Millo, y Coco que arribó sobre la hora del match.
El chileno Alexis Sanchez hizo sonar su silbato, Pablo tocó para el Cabe, y comenzó el futbol en la cancha 2. El partido arrancó medio jeropa. Quizás Resto supo de entrada que era más que su rival, quizás le costo entrar en ritmo después de tanta inactividad, o quizás fue una casualidad, pero los primeros minutos no mostraron gran fútbol ni muchas aproximaciones. La pelota estaba repartida entre propios y ajenos, y pasaba más tiempo perdida entre los jugadores de la cancha de al lado que en nuestros propios pieces. La banda izquierda, con el tándem formado por quien suscribe y Musgo, más el siempre sensible y delicado apoyo de la zurda de Manu, era la zona elegida en estos primeros minutos para atacar. Pablo estaba recostado por esa banda, siempre peligroso, y en una escalada del número 26, N.M.F. Muschitiello, se produce un gran quilombo en la puerta del área, el zaguero cae espectacularmente, la pelota le queda al Cabe en disputa con su marca, pero el juez detiene el juego para corroborar que Musgo no acabara de perder la vida en su caída. Musgo no tenía nada, claro. Pero el divino del árbitro, en vez de jugar el correspondiente y peligrosísimo bote a tierra, decidió entregarle la pelota mansita al payasesco guardameta rival. En conclusión, el partido siguió así, luchado, dividido, pero con el claro reflejo de que RdM contaba con más y mejores armas para dominar. Entonces ocurrió que alrededor de los 10 minutos de ese primer tiempo, con el rival volcado en ataque, Manuel saca un quirúrgico y precioso pase (porque decirle pelotazo sería una falta de respeto para con el muchacho del rodete) desde el centro del campo hacia la derecha, para el pique exacto de Pablo, que así empieza su carrera hacia el arco rival, en la lucha cuerpo a cuerpo con el defensor. Cuando esta persona que escribe le pedía desesperadamente que cambiara la pelota hacia el otro sector, donde yo gozaba de todas las libertades para rematar franco al gol, el 14 remata potente, casi con cara externa de su pie derecho, cruzado, abajo, inflando las redes y decretando el 1-0 para Resto del Mundo. Grito de gol, tranquilidad para el equipo por la ventaja conseguida, y desahogo para el goleador, que venía con la pólvora mojada, y así se sacaba la mufa de encima (el festejo vendría con dedicatoria incluida a Mula, quien en la previa se mofaba de la falta de eficacia en la red del punta). El partido ahora se abría un poco más para Resto. La defensa rival mostraba muchas grietas que nuestro equipo aprovechaba. El Cabe probó de afuera, el cronista lo hizo también un par de veces, una con buena dirección, otra muy desviada, y Pablo, tras recibir un pase muy llovido por la banda izquierda, remata de primera con su zurda, cruzando de más su remate por escasos centímetros. Pero no era todo dominio negro y blanco. Algunas desinteligencias en la salida desde el fondo envalentonaban al rival, cediéndole la pelota en nuestro terreno. La propia incapacidad del árbitro para cobrar bien una falta también colaboraba con esto. En una mini gresca poco esclarecida, Boto se gana una amarilla tras forcejear con un rival, aunque no pasó de ahí. En estos minutos, Chiribabuza coqueteó una vez con el empate: jugada por la izquierda de su ataque, pase al medio para un delantero que desde afuera del área remata cruzado. La pelota sale bien pegadita al palo derecho de Alca, que nada podía hacer. Primera llamada de atención para todo el equipo albinegro, que era superior al rival y debía retomar las riendas del partido. Igual, no hizo falta, ya que en la última jugada del primer tiempo, ellos mismos se encargaron de liquidar el pleito. El arquero (o un defensor, francamente no me acuerdo) hace una ridiculez sacando del arco. La defensa se transforma en espectadora de lujo, en el ABC de lo que NO hay que hacer si se busca ser un equipo sólido, cuando el balón le cae en la cabeza al 15 que juega de 5, a Manu, quien con gran panorama y mejor técnica, mete un frentazo perfecto para la aparición en solitario por la izquierda de Pablo, mano a mano con un arquero que estaba parado en cualquier lado. Con el primer palo a su merced, Pablo Esteban pasó por caja y cambió por gol esta jugada tan extraña. 2-0, partido liquidado, y todo Resto a las canillas para refrescarse un poco.
El equipo salió sin modificaciones a disputar el segundo tiempo, con la clara idea de manejar los hilos del partido, ahora que resultado y desarrollo le resultaban favorables. Y así lo hizo. Mayormente se jugó en campo rival, más allá de algunos toques interesantes del equipo contrario, que terminaban siendo frustrados tarde o temprano. El mediocampo actuó bastante bien como zona de contención, y la defensa fue un relojito suizo cada vez que tuvo que entrar en acción. Así, Resto dispuso de espacios y de tiempo como en pocas ocasiones, y por momentos jugó a voluntad. Antes de los 10 minutos, Resto gritaba otro gol. En realidad, gritar es una forma de decir, ya que creo que nadie emitió un sonido. Y para ser exactos, habría que decir “todo Resto menos Peralt”, que se enteró recién a la noche de la existencia de este gol, y por lo tanto que el partido terminó 4 a 0, y no 3-0 como él creía. Una más y van… La cosa es que un pase largo a espaldas de la descompensada defensa rival lo encuentra al Cabeza apareado con el último defensor. Cuando parece que el muchacho de las rastas va a ganar la posición e irse mano a mano con el arquero, el líbero alcanza a puntear el balón de manera desesperada, con tanta mala fortuna que la redonda describe una perfecta emboquillada que sorprende a un arquero que tal vez pudo hacer algo más. No le alcanzó con retroceder un par de pasos y tirar un manotazo: la pelota se le terminó colando por arriba, y fue el tercero de un RdM que ya se floreaba.
Antes de ser reemplazado, el Cabe tuvo una más. Con oficio, anticipa adentro del área y define con un toque desde un ángulo muy difícil. La pelota se escapa horizontal al arco, y el mamarracho de negro cobra saque de arco porque “salió y volvió a entrar”. En fin. Entonces ya iban 10 minutos del segundo tiempo, y se producía el tan ansiado regreso: volvía a las canchas el goleador histórico de Resto. El Bati de la selección. El Palermo de Boca. El Sanfilippo del cuervo. Sale el Cabe, de buena tarea, e ingresa Millo con la número 4 en la espalda. Entre tanto, hubo tiempo para que Peralt ganara muy bien de arriba en un tiro de esquina, para que un lindo contraataque derivara en Musgo en posición franca de remate, y para que tras un exceso de lirismo en la salida por la derecha, ellos tuvieran una chance clarísima de gol. Perdemos la pelota, un delantero tira el centro para que por el otro lado ingrese sin marca un jugador, que cabecea a contrapierna, y obliga a Alca, quien hasta aquí no había tocado la pelota con sus guantes, a realizar una formidable parada, haciendo gala de reflejos. La pelota queda muerta y es Mula quien en cuotas logra evitar sobre la línea la segura caída de la valla. Hubiera sido una pena que en este partido se ensuciara la inmaculada valla invicta del equipo en lo que va del torneo. A todo esto, Coco había ingresado al campo de juego por Peralt, y jugaba como marcador de punta izquierdo, corriéndose Musgo al centro de la defensa. Finalmente, el partido se estaba guardando una perlita más. Mula corta desde el fondo un avance rival, se adelanta unos metros y cambia de frente para este cronista, quien volcado a la izquierda y un poco delante de mitad de cancha, dispone de todo el tiempo del mundo para pensar. Acto seguido, un lindo pase –me permito decirlo- por encima de la cabeza de los defensas, le cae justo al pique de Millo, quien entrando al área por la derecha, define de volea con un toque de categoría, cruzado, al palo más alejado. Lindo gol, y gran grito del definidor. Gol, mierda, vamos! Volvió el goleador. La tarde era redonda por donde se la mire. Lo que ocurrió de aquí al final es casi anecdótico. Sólo para destacar la última jugada, una llegada 2 contra 1, en la cual el capitán del equipo queda mano a mano con el arquero, y como buen volante no-goleador que es, se nubla, intenta definir al primer palo, y le sirve una masita a las piernas del arquero. La pelota se pierde en el corner, el pitido del árbitro resuena en todo Puerto Madero, y así se baja el telón de este tercer encuentro para Resto del Mundo. Primer triunfo, primera vez que se suma de a 3. Necesario para comenzar a perfilarse una vez más en la pelea por los puestos de vanguardia. El rival no presentó grandes dificultades, es cierto, pero Resto hizo lo que debe hacerse en estos casos: ganó sin dejar dudas, y mejor aún, terminó goleando y con la valla invicta. No hay que olvidar que el año pasado, un partido ante el rival más flojo del torneo terminó empatado en cero, y luego le costó muy caro al equipo en su lucha por coronarse campeón. Este camino recién comienza, pero una vez más puede decirse que transitamos la buena senda. Recuperamos dos goleadores, uno literalmente (Millo), otro en la red (Pablo), y por si fuera poco, el equipo espera ansioso los esperados regresos de dos históricos de verdad: Fran y Ferka. El fin de semana próximo tendrá una prueba de fuego para medir su poderío en este 2009. Allí estaremos, como siempre, colgando las banderas y dejando la piel por la albinegra.

Uno x Uno

Alca (6,5): casi no tuvo trabajo, pero en la que lo llamaron, respondió de forma inmejorable, sacando una pelota muy difícil a contrapierna. Transmitió seguridad.

Mula (6,5): en una tarde mucho más tranquila que las anteriores, no tuvo problemas en la marca e intentó salir jugando, quizás algunas veces de más: complicó una salida que derivó en la más clara de ellos.

Peralt (7): siempre atento y sin fallas, llega siempre a los cruces y de arriba es impasable. Pudo mojar en un corner, y cuando hubo que hacer el último cambio, se ofreció a salir, en un gesto que lo enaltece. No se enteró del tercer gol.

Musgo (8): hiperactivo de principio a fin, aparecía por todos lados, en defensa, en ataque, por derecha, por izquierda. La seguridad de siempre, proyección y voz de mando.

Boto (6,5): clausuró su lateral y se asoció con criterio, incluso llegando al ataque cuando vio el hueco

Manu (7,5): del talento de su zurda nació el primer gol, y de su cabeza el segundo. Juega a un toque, fácil, simple y muy estético. Siempre priorizó poner la bola contra el piso, dándole seguridad al equipo desde el centro del campo.

Bollo (6,5): el conductor. Gran desempeño en ataque y defensa, pero no pudo dar la puntada final. Marró una ocasión clarísima de extender la ventaja restista. (gracias Millo)

Cabe (6,5): siempre criterioso para jugar, obligó en todo momento, al punto de que el gol en contra fue un intento desesperado de no dejarlo mano a mano. Le falta encontrar el espacio para poder castigar de afuera.

Pablo (8): decisivo por sus goles y sus apariciones, en especial en el primer tiempo. Siempre es el faro de las jugadas de ataques, y no es casualidad: abre defensas con sus diagonales y deja parados a los defensores en el mano a mano.

Millo (7): en pocos minutos, muchas ganas de mostrarse, y un gol con definición de buena factura.

Coco (-): jugó pocos minutos, sin complicaciones por su sector izquierdo.


Hinchada: Yami, Carla, y el que pronto volverá a ser jugador: Francisco “Rey del Pop” Barone. ¿Ausente? Otro faltazo del ex hincha Caorsi. En fin….

jueves, 2 de julio de 2009

RdM - Sitedesqui: Poner la pólvora un ratito al sol...

Luego de mas de 10 días de disputado el encuentro, y de que nadie se haga cargo de escribir estas líneas en los momentos en que yo no pude hacerlo, les acerco un breve resumen de lo que fue el partido disputado el domingo previo a los comicios.
Resto sufrió algunas bajas, entre ellas la de guardameta histórico Alca. Boto se iba a tener que poner los guantes como en las gratas y no tanto épocas de antaño en la 7ma. Afortunadamente, minutos antes de comenzar la contienda, Resto sumó un jugador más, el comodín Santiago “subo fotos mías de nene a facebook para enternecer minitas a ver si me las puedo trincar” Avalle, quien en definitiva se colocó el buzo y los guantes. En conclusión, el equipo formó con Santi; Boto, Mula, Musgo; Bollo, Manu, Coco; Pablo y Cabe. Peralt se quedó dormido como pobre tipo que es y siempre fue, lo desperté un rato antes del partido, con lo cual llegó sobre la hora, mientras el partido ya daba inicio. Tras jugarse los primeros 3 minutos, ingresó al campo de juego por Coco, ocupando su lugar de líbero, volviendo Mula al lateral y adelantándose Boto hasta el medio campo. El rival contaba con todas sus figuritas, y los primeros minutos fueron de puro desconcierto. Resto no podía salir, se jugaba muy cerca del área propia, y ellos contaron con una chance linda para ponerse 1-0 arriba: tiro libre desde la izquierda de nuestra defensa pateado por un zurdo, la pelota le pica traicioneramente al Sr. Avalle, se le levanta, y afortunadamente el rubio alcanza a manotearla para sacarla así por encima del travesaño, haciendo gala de excelentes reflejos. Resto se acomodó y empezó a jugar el partido de igual. A pesar de ser dominado casi siempre en cuanto al terreno se refiere, Resto se daba cuenta que le resultaba fácil crear peligro cuando se hacía del balón. Ellos se defendían muy mal, en parte porque atacaban con mucha gente, lo cual nos complicó en ese primer tiempo. Pablo tuvo una que le quedó un poco alta en el borde del área. Le dio de media vuelta muy desviado por sobre el travesaño, y quedó la sensación de que si se tomaba un poco más de tiempo para acomodarse, podría haber llegado el primero. Un lindo disparo de media distancia de Manu se fue a medio metro del palo izquierdo, en lo único que quedó para destacar de ese primer tiempo.
Resto no estaba mal parado, pero tenía que emparejar un poco el control de la pelota para no sufrir, y salió al segundo tiempo decidido a luchar el partido como hasta ahora lo venía haciendo. A los 5 minutos Coco entró por Boto para jugar como volante por la derecha. Mientras tanto, el equipo albinegro sufría un lindo sofocón: corner desde la derecha, centro pasado, quien les habla pierde la marca del defensor rival que con la pierna alcanza a meter la pelota de nuevo al medio, y ante la atónita mirada de toda la defensa restista, la pelota cruza todo el área chica sin que nadie la intercepte y la mande a inflar las mallas. Zafamos. Mientras, un par de jugadas asociadas de Resto avisaban pero sin ser profundas. Manu seguía probando de afuera, y Mula se encargó de dilapidar un contragolpe 4 contra 2, cuando en su afán por buscar la gloria propia, decidió patear al arco desde 3/4 de cancha, en lugar de habilitar a alguno de los delanteros o a quien esto escribe. Ególatra. Pablo, de buena tarde, complicando a toda la defensa con su gambeta, toma el balón por la banda derecha, y dejando a dos rivales en el camino, se perfila para la zurda y remata, pero el tiro sale al medio y es despejado por el arquero rival. Faltando 5 minutos para el cierre, cuando ya Resto se puede decir que estaba jugando un muy buen partido, llegó la más clara, lo que podría haber sido la frutilla del postre. Un defensor rival quiere tocar con su arquero, pero deja el pase muy corto, y nada menos que Pablo corre y se hace del balón. Cara a cara con el portero y sin marca, el 14 duda y termina definiendo con un toque al bulto, con lo cual le facilitó la tarea al arquero, que contuvo el disparo y se quedó así con los 3 puntos de RdM en sus guantes.
No hubo tiempo para más, sonó el silbato y Resto volvió a empatar en cero. Queda el consuelo de haber podido ganar ambos partidos contra rivales complicados, de haber contado con las más claras y de no sufrir mucho cerca de su arco. La defensa está sólida (Peralt sacó todo lo que le tiraron) y el equipo mostrando pinceladas de su juego. Le falta ajustar la definición, y otra sería la historia de este arranque, que igual lo mantiene expectante, con sus chances intactas de campeonar.

Uno x Uno

Santi (6,5): seguro, la única que tuvo que sacar, la resolvió con impecables reflejos y practicidad. Además, arengó al equipo con sus gritos y mostró su criterio futbolístico.

Mula (7): le tocó bailar con la más complicada, y en general resolvió bien. Cuando fue desbordado, se rehizo para llegar a marcar nuevamente, y nunca recurrió a la infracción (pese a que este cronista se lo suplicó en algunos momentos).

Peralt (8): impecable tarea del Chulo en la cueva. Tiempista, sacó todo de arriba, fue impasable por abajo y estuvo siempre bien parado. Figura

Musgo (6,5): la solidez a la que nos tiene acostumbrados, sin fisuras. Por momentos fue superado por su sector por encontrarse en inferioridad numérica.

Boto (6): bien, marcó mucho en el primer tiempo, e intentó jugar la pelota con criterio las veces que tuvo la oportunidad.

Manu (6,5): puro talento, también se sacrificó cuando el mediocampo se vio poblado de camisetas rojas y negras. Cortando por el centro de la cancha, llegó a rematar al arco varias veces, una de ellas pasó cerca.

Bollo (6,5): buscó y trabó todo el partido sin reparos a la hora del contacto semi legal. Fue una gran herramienta de contención pero no pudo organizar el ataque. (by Boto)

Cabe (6): no tan activo como el partido anterior, le falta terminar de encontrar su lugar para lastimar con la zurda. Todavía no pateó al arco en el torneo. Igual, se movió bien y colaboró mucho en la marca.

Pablo (6,5): jugó un muy buen partido, complicando muchísimo cuando encaró, aguantándola arriba cuando estaba solo, pero le faltó para coronar una gran mañana convertir su tanto. Tuvo una clarísima, y otras dos importantes. Tiene el arco cerrado, pero cuando se le abra, nos acostumbrará a gritar seguido e ilusionarnos.

Coco (5): jugó en el mediocampo, posición a la que no está habituado, y tuvo algunos problemas con la marca por ese sector, donde el rival recostó el juego en el segundo tiempo. Igual, puso corazón y no se le puede recriminar la entrega.

Hinchada: traición. Problemas por la plata de los micros, disputas internas con la dirigencia, motivaron que los mercenarios de siempre le dieran la espalda al fútbol. Así, el ex incondicional Juan Cru fue el gran ausente en los tablones, demostrando que incondicionales a la camiseta hay pocos: Yami. Y Fran, claro, que llegó un poco tarde pero lo perdonamos por ser lindo.
Vergüenza Jota, 6 a 1 con Bolivia, vergüenza! Ese drogadicto de Cagorsi…

miércoles, 17 de junio de 2009

RdM - Todos Juntos No: Cuando no se puede ganar...

Bueno, finalmente luego de unos días de espera, se inaugura de esta manera nuestro tan querido espacio cybernético dedicado a las gestas de Resto del Mundo, glorioso y grandioso equipo de futbol 9.
Con la ambición de campeonar a fin de año, como en cada inicio, y la ilusión a tope, Resto debía debutar en el torneo con el actual subcampeón Todos Juntos No, equipo al que el año pasado supiéramos humillar por 3 tantos contra 1, en memorable primer tiempo. Claro que ahora las circunstancias eran diferentes. Con uno de sus delanteros deambulando por el Viejo Continente, y el otro buscando su mejor forma física (algo que busca hace como 4 años, se le está haciendo complicado encontrarla, pero le seguimos teniendo fe), se abrió la grieta para que el Cabe fuera el acompañante del as de espadas Haedo en la delantera. El funcionamiento de la dupla sería una incógnita a develar con el correr de los partidos. Como si esto fuera poco, un puntal del equipo, Ferka Yu, deberá permanecer fuera de las canchas por algunas semanas debido a una dolencia en su maltratada rodilla. En consecuencia, la escuadra albinegra formaría con Alca; Mula, Chulo, Musgo; Boto, Manu, Bollo (cronista); Pablo, Cabe.
El gemelo de Buonanotte hizo sonar su silbato, y comenzó a rodar el esférico. De entrada, Resto del Mundo empezó el partido con todo, dominando pelota y terreno de juego. Muchos nos acordamos entonces del paseo del año pasado, aunque la cosa sería algo diferente. El juego se cargaba principalmente por la izquierda, donde Musgo salía con quien les habla, para luego conectar con los dos de arriba, que en minutos se buscaban más que ninguna otra dupla ensayada en los últimos torneos. Así fue que antes de llegar a los 10 minutos, la adelantada y desarmada defensa rival vio con impotencia cómo el Cabe cedía en profundidad con precisión para el pique en solitario de Pablo, que con tiempo y recorrido, enfrentó cara a cara al buen portero rival, y ante el achique definió desviado, por encima del travesaño. Resto dejaba pasar una chance clarísima de gol de la mano de su goleador, muy raro en él no convertir desde esa posición.
El partido siguió en el mismo tono, Resto proponía y se aproximaba, mientras el rival le jugaba largos pelotazos al número 11, que se las ingeniaba para bajar la pelota entre la a veces dubitativa respuesta restista en defensa. No obstante, eso no se traducía en peligro. Tras un lateral ofensivo, el equipo tricolor contaría con su primera y única opción clara de gol de todo el encuentro: el balón supera la posición de Peral y su marca, pica en la puerta del área, y ante el mal cálculo de Mula, la pelota lo sobra y depara en un delantero contrario que, sin marca y en la puerta del área, define como viene, pero afortunadamente su remate es defectuoso y se pierde cerca del palo derecho de un desprotegido Alca. Una enorme falla estuvo cerca de dejarnos abajo en el marcador, pero por fortuna, el sacudón había pasado y las acciones continuaban. Fue en los minutos siguientes en que tuvimos la jugada más clara del partido. Luego de una buena combinación entre los delanteros, la pelota le llega al Cabe sobre la izquierda y abriendose. Por un momento creímos que iba a rematar, pero al tener un ángulo muy cerrado, se acomoda y saca un excelente “centro” cruzado por bajo, para que por sorpresa y a la carrera, Pablo entrara libre por la derecha para tocar al arco vacío y así anotar el 1-0. Por qué entonces el encuentro terminó con la pizarra en blanco? Porque inexplicablemente el 14 pifió la pelota cuando sólo tenía que empujarla, sin siquiera haberla tocado, y ésta se perdió tristemente por la línea de fondo. Una verdadera pena no haber anotado tras disponer de una chance de gol tan clara, pero se vio a las claras que el artillero albinegro estaría con el arco cerrado, y tras las dos chances dilapidadas, no volvería a generar riesgo en el arco contrario. Llegando al final del primer tiempo, Cabe se filtra en el área tras una jugada que, sinceramente, 9 días después del partido no recuerdo, y cuando se dispone a intentar rematar (cosa que ya le iba a resultar bastante incómoda, por no decir imposible) es trancado de atrás por su marca, transformandose en un evidente penal que el ratoncito vestido de negro iba a ignorar olímpicamente, manifestando su convicción para cobrar sólo las faltas evidentes, las que provocaran fracturas de algún tipo o la amputación de un miembro.
En medio de las protestas, se diluyó el primer tiempo y nos fuimos a descansar, masticando bronca por haber llegado con mucha claridad al arco rival, y no haberlo podido capitalizar en el marcador.
Se puso en marcha la segunda etapa sin cambios en la formación, pero sí con algunos en el desarrollo del partido. Los primeros 10 minutos fueron claramente dominados territorialmente por TJN. Resto del Mundo jugaba en su campo, y se le cerraban los caminos para manejar la pelota y el partido. El notable cambio en la reglamentación de los laterales (a partir de ahora a ejecutarse con las manos, como en el fútbol de a de veras) a veces complicaba las salidas del fondo, ya que la pelota se jugaba corta y muchas veces era recuperada por el rival. Arriba, Pablo había entrado en un duelo personal con el líbero rival, del cual salió claramente perdedor, y exageró a veces de la individual, ya no asociándose con el Cabe pese a haberlo hecho muy bien en la primera parte. Es justo aclarar que, pese a este dominio, el rival nunca creó una jugada concreta de gol en todo el segundo período. El partido se hizo trabado, friccionado, comenzaron a verse foules fuertes (me hago cargo de un par violentos), y el rival intentó con un par de corners a ver si se le daba por esa vía, pero no tuvo puntería. Resto del Mundo, que ya para la mitad del complemento volvió a nivelar las acciones, tendría un par de ocasiones más. Primero, tras un desborde de Pablo por derecha, el centro bajo encuentra el pique al vacío de quien suscribe, que entrando en posición de 9 se encuentra para definir cara a cara con el arquero a 3 metros del arco, pero al tener la pelota un poco adelante, se barre para impulsarla de alguna forma, y termina casi frenándola sin darle potencia, y quedándole así mansita al portero en las manos. Una picardía total, de la cual hasta el día de hoy este cronista se arrepiente. Por último, queda por narrar la jugada del primer y único corner a favor que tuvo Resto del Mundo, cuando ya el partido se moría. El mismo llega pasado, buscando la cabeza del príncipe de los cielos que juega con la 8 en la espalda, que cabecea contra el palo izquierdo, y obliga a la estirada del arquero, que toca el balón antes de que éste pegue en el palo y se pierda en el corner que el juez por algún motivo no quiso cobrar.
Pitazo final de este amargo encuentro, y bronca en general por el punto desperdiciado. Se sabe que se dominó claramente en el primer tiempo, donde el equipo pudo y debió sacar una ventaja, y que se dispuso a lo largo de todo el encuentro de las chances más claras, y por ineficacia en la definición, no se pudo llegar a la apertura. Comienzo en cero entonces para el conjunto blanco y negro, que tiene todo el crédito para los partidos que vienen, ya que esto recién comienza. Sin más, y disculpándose por la demora con todos los fervientes lectores, se despide su cronista de cabecera.

jueves, 11 de junio de 2009

Uno x Uno

Alca (5,5): no fue exigido nunca. La única situación de riesgo salió desviada.

Mula (4,5): partido relativamente flojo del stopper, a quien se lo notó un poco falto de distancia en algunas jugadas. Por ese motivo, cometió un grueso error que pudo costarle muy caro al equipo.

Peralt (6): seguro de arriba y sin complicaciones por abajo. Por momentos fue víctima de una pasividad defensiva que dejaba recibir a los delanteros con libertad.

Musgo (6,5): una fiera para salir a cortar lejos cuando a los volantes les ganaban las espaldas. Con la vehemencia de siempre, dejó revolcándose a propios y extraños.

Boto (5): correcto, discreto, no pesó mucho en ataque y a veces se metió muy atrás, pegado a Mula sin salir a presionar, y dejando que ganaran terreno por su banda.

Manu (5,5): manejó el balón con cierto criterio, tal como él sabe, pero le faltó continuidad. Protagonizó un blooper al querer despejarla y meter una bomba dentro de nuestra propia área.

Bollo (5,5): buen primer tiempo, bien en la marca (salvo la ruleta), distribuyendo y buscando a los delanteros. Segundo tiempo flojo, mal en la marca, perdido en el juego. Definición a marzo. (gracias Jota)

Cabe (6,5): su nivel era una incógnita, y cumplió. Movedizo pese a dar ventajas desde lo físico, se asoció bien con Pablo en el primer tiempo, le cedió dos pelotas de gol y fue víctima de un claro penal.

Pablo (4,5): chispazos de la magia que lo hace distinto, pero desconocido a la hora de la definición. Erró dos que él no erra, y después se fue del partido, perdió mucho en el mano a mano.

Coco (-): no ingresó, vio el partido desde el banco con la hinchada y el Cuerpo Técnico. Al menos esta vez se vistió de futbolista, y no de modelo Paco Rabanne.

Hinchada: los mismos de siempre y algunos más, alentaron, sufrieron y se rieron con las acciones del juego. Gracias a todos por estar y aguantar nuestros hermosos trapos.