martes, 15 de septiembre de 2009

RdM – La Banda: ¿Jugar bien? Ganar.

Un sol radiante se erigió por sobre las cabezas de todos los presentes en Puerto Madero en este caluroso mediodía de septiembre en el cual Resto del Mundo debía demostrar que el mal trago sufrido una vez más frente a OSDE en la última fecha era cosa del pasado, y que se encontraba dispuesto a salir adelante y hacer notar que estaba más vivo que nunca. Ante tamaña responsabilidad, el equipo se hizo presente desde temprano para ultimar detalles, y no menos podía esperarse de la hinchada: por la mañana se provocaron incidentes entre la policía y los enardecidos simpatizantes, que se aproximaron en masa a las boleterías para apoyar a Resto del Mundo en este duro encuentro. De este modo, la platea femenina, y la popular de los machotes, estuvieron repletas, como en sus mejores tardes, y el color y el aliento se hicieron sentir en todo momento.
Pero vamos a lo importante, que es lo que ocurrió en el verde césped. A la ya permanente y definitiva ausencia para este 2009 del Amigo de los Niños Francisco Barone, se le vienen sumando las bajas por diversas dolencias del Licenciado Yu, quien hasta aquí no vio acción (y tampoco se lo vio merodeando el campo de deportes un domingo), de la Tanqueta Muschitiello, y una incipiente molestia en un tobillo del artillero obeso, Ezequiel. Ante esta considerable merma en la disponibilidad de sus players, el cuerpo técnico debió meter mano, solucionar un par de cuestiones logísticas (gracias Fran por tu aporte a la causa) y solicitar una vez más los servicios de Santi Avalle para completar su formación titular. En consecuencia, el equipo salió al campo de juego con Alca en la valla. Línea de tres con Mula, Chulo Peralt y Santi. Mediocampo compuesto por Boto, Manuel como volante central y quien les habla, Pablo B. por la izquierda. En el ataque, la dupla que se repitió en los 5 partidos hasta aquí disputados. El Cabe Cabezón, y Pablo Esteban Haedo.
De entrada, la premisa fue intentar acompañar más a los delanteros en posición de ataque, ya que venía ocurriendo en los partidos previos que el equipo carecía de peso ofensivo, y por lo tanto le estaba costando mucho llegar al gol. Dicha función recaía sobre mi persona, quien debía desdoblarse para cubrir la banda izquierda, y a la vez en ciertos momentos una posición de tercer delantero, a la vez que obligaba a redoblar esfuerzos tanto a Manu como a Boto y a Santi para tapar los huecos que dejaba mi subida.
Comenzó el fútbol en la cancha 2, y de entrada Resto dominó. Mostrando mejores armas que su rival, el equipo albinegro demostró de entrada que iba a ser el que propondría para llevarse los 3 puntos en disputa. El conjunto tricolor apostaba a no desarmar sus dos líneas, a mantener el orden y a intentar salir con rapidez y precisión en contragolpe, y así encontrar mal parada a la defensa de RdM, cosa que pudo haber ocurrido en una primera llamada de atención para nuestro equipo, cuando un delantero rival corrió bastante solo pero finalmente se diluyó y pudo ser neutralizado por la marca. Resto salía desde el fondo con mucha prolijidad y paciencia, algo poco frecuente, pero a la vez se le complicaba para hacer circular la pelota más allá de la mitad de la cancha. Los volantes estaban marcados, por lo cual luego de algunos toques en la salida, se optaba por buscar directamente a los delanteros (en especial a Pablo, recostado sobre la banda izquierda). Esto obligó a que Manu bajara a buscarla bastante atrás, cosa que se ve que a Mula no le agradó, ya que a pesar de tenerlo al lado, lo ignoró por completo para hacer su gracia: avanzar un par de metros y meter un pelotazo. Bien igual. En medio de esto, un par de aproximaciones, un tiro muy exigido de Pablo que se perdió lejos, y la única jugada clara de Resto en la primera etapa: salida por la izquierda con Santi, que juega la pelota por la banda para Pablo. Éste juega de espaldas y de primera hacia el medio, para el pique de este humilde servidor, que recibe de frente, elude bien a su marca, y cuando estaba por ingresar al área, define con cara interna por bajo, buscando el palo más alejado del portero. Claro que fue tan alejado que se perdió metro y medio afuera. Al terminar el partido, reflexionaría que visto y considerando lo pastel que era el arquero rival, en lugar de buscar la sutileza, debía haber ajusticiado con violencia, y posiblemente se habría abierto el marcador, pero ya era tarde para lamentos. El primer tiempo sólo tuvo tiempo para algunas escaramuzas que escaparon a mi comprensión, un par de tiros libres que mejor ni recordar, y se perdió con la pizarra en blanco, y cierta preocupación en los muchachos de Resto, que si bien había sido mejor que su rival, no estaba encontrando su juego ni la forma de generar riesgo en el arco contrario.
El sector izquierdo era la zona elegida por el equipo para atacar, pero a la vez un conflicto en la medida en que el mediocampo se despoblaba, y Manu debía combatir muy solo en la zona para recuperar el balón. Con los mismos 9 players (no había suplentes tampoco, seamos buenos), se dio inició a los últimos 20 minutos de juego. Acá, se vio lo peor de Resto en el partido. Pocas ideas, imprecisiones y escaso control de pelota, nivelaron las acciones del encuentro. Si bien La Banda nunca se propuso atacar con gente, el partido ahora era parejo y Resto no tenía idea de cómo podía llegar a hacer un gol. Sólo dos corners desde la izquierda sacudieron la abulia: el primero, pasado, fue conectado por Peralt entrando por el segundo palo, pero sin mucha potencia, quedó servido para la contención del arquero. El segundo sí, peligrosísimo. Centro cerrado a media altura, el balón inexplicablemente cruzó toda el área, y fue nuevamente Peralt quien entrando por el segundo palo, con el olfato típico de un goleador de raza, estiró su larguísima humanidad para llegar a impactar el balón con la pierna derecha, y hacernos creer a todos (o al menos a mí, que desde mi perspectiva del corner sólo podía ver si se inflaba o no la red) que se abría el marcador. Pero no, la pelota se perdió a escasos centímetros del palo izquierdo del arquero, y el partido seguía en cero. Los últimos 10 minutos de Resto fueron pura voluntad y nerviosismo. Mientras veíamos como el partido se nos escurría entre los dedos, sumergidos en la impotencia de no poder generar chances ni arrinconar a un rival decididamente inferior, se intentaba por toda vía llegar al gol del triunfo. La figura de Manu se agigantó en el mediocampo, capturando como un pulpo toda pelota perdida en el mediosector, y distribuyendo con la fineza y el criterio que siempre lo distinguieron. La derecha había comenzado a ser salida, como no lo fue en el primer tiempo, y pese a algunas imprecisiones entre Mula y Boto, se veía que por ese costado podría encontrarse algo, aunque claro, ya a esta altura, faltando menos de 5 minutos, parecía casi como intentar sacar agua de las piedras.
Pero pudo ser peor: La Banda se estaba guardando su situación más clara para este momento del partido, cuando logró poner mano a mano con Alca a un delantero que entraba desde la izquierda. Afortunadamente, el muchacho remató muy suave y muy desviado, o sea, pésimo, y todos así pudimos largar el aliento contenido. Musgo avisó que quedaban dos minutos, y sólo ahondó la frustración general. Pero había que seguir buscando hasta el pitazo final. Y fue entonces que, tal vez por obra de Dios, que nos quiere por condenar todos el aborto y la homosexualidad, por propia capacidad, que aaaalgo con la pelota sabemos, o por capricho del destino, que no concebía un torneo en el campo que a la 6ta fecha Resto ya no peleara, la pelota salió desde la defensa por la derecha, Boto la jugó por la banda para el Cabe, quien se escapó de su marca y cruzó el centro para Pablo. El 14 recibe la pelota picando, de espaldas, se acomoda para dejarla correr y así con el cuerpo desplazar a su marca, y cuando le queda la pelota picando para la zurda, no duda y remata con potencia, para ver cómo las débiles manos del guardameta fueron estériles ante el tiro no tan cruzado y a media altura del goleador restista. La red se infló a un minuto del final, y las gargantas enrojecieron de locura, como hace largos meses no ocurría. Jugando un partido olvidable, sin encontrarle la vuelta nunca en el juego, Resto lo ganaba en el final de guapo, por jerarquía nomás, porque tiene jugadores que pueden hacer la diferencia. La Banda sacó del medio, hubo tiempo para un par de pelotas divididas, quilombo, fútbol feo, un tiro libre inventado en mitad de cancha, y nada más. Pitazo, festejo, y 3 puntos cruciales a la bolsa blanca y negra.
El equipo necesitaba ganar sí o sí para no bajarse de la pelea, y para sumar confianza luego de una flojísima producción en el partido anterior. Sin embargo, este triunfo deja muchas incógnitas. Preocupa la falta de gol, y más que en los primeros partidos, ya que en ese entonces se trataba de falta de efectividad para definir, mientras que ahora se evidencias problemas para llevar peligro al arco rival. El regreso de Musgo aportará mayor solidez y liderazgo en el fondo, y se espera una presencia efectiva en la red tanto de los volantes como del Cabe, quien hasta aquí ha completado buenos partidos pero sigue lejos del gol. El domingo deberá corregir todo esto y jugar los 40 minutos concentrado, para seguir en la pelea y ganar el partido que todos queremos ganar.

2 comentarios:

chulo dijo...

hace rato no se gritaba tanto un gol..

nenu dijo...

como el tercero de hace 2 partidos, no chulo?