miércoles, 27 de agosto de 2008

RdM – Myung-Ki: se me acabaron los elogios

24 de agosto, 12 hs. de un hermosísimo domingo, todas las condiciones dadas para hacer una de las cosas que más nos gusta: jugar al fútbol, y si es con la camiseta de Resto, mejor. Y en este caso, no se trataba de un partido más. Menos de una semana después de haber vuelto al ruedo y de defender la punta con autoridad ante el siempre complicado Chiribabuza, Resto del Mundo se topaba en su calendario deportivo con un rival de magnitudes gigantescas. Myung-Ki, equipo histórico de la categoría, constante animador de los puestos más altos, y actual bicampeón reinante del fútbol maderense, significaba una parada por demás riesgosa para quien aspira a concluir el año inclinando su cuello hacia abajo para ver al resto de los equipos del torneo, y decirles con sonrisa socarrona “dale que yo te aviso”. Si bien es innegable que el rival de turno no pasa por un momento deportivo acorde a los pergaminos que trae consigo, estábamos en presencia de lo que podría significar un definitivo punto de inflexión en la campaña de la escuadra albinegra en este 2008. Un triunfo nos pondría en posición inmejorable de cara a la recta final del torneo, mientras que dejar puntos pondría en jaque la punta, a juzgar por la cantidad de perseguidores que ansían arrebatarla. No obstante, Resto del Mundo no especularía ni se mostraría apichonado, sino que por el contrario, llegó al Campo con una idea fija: ganar o ganar. Para lograrlo, la dupla técnica Boullosa-Boullosa alinearía los mismos 9 titulares que 6 días atrás habían vencido a Chiribabuchas: Alca en la valla. Línea de 3, que de aquí a poco voy a empezar a omitir por lo tedioso de poner siempre los mismos tres nombres, con Mula, Chulo Peralta y Nicolás Miguel Ángel Juan Carlos José Félix “Musgo” Muschitiello. Por la derecha, una fija a lo largo de todo este campeonato, la Cobra del lejano oriente, Lic. Yu; como volante central y capitán, quien por enésima vez acerca estas líneas a los fervorosos lectores, o sea yo, y por la izquierda, una pieza clave de este plantel, que de a poco va recuperando su excelso nivel: Manuel E. La dupla de atacantes también me empieza a hinchar las bolas repetirla: Pablo H., el genocida del gol, y el Gordo Ezequiel, el Millonario en generosidad calórica. En el banco aguardarían su chance el Cabeza Boullosa, F.W. y Santi. Después de esta presentación bien al estilo Boto, pasaremos a narrar lo acaecido sobre la gramilla.
De arranque, el rival mostraría que tenía armas. Un equipo parejo, sin ningún fenómeno pero sin ninguno malo, con buen juego en el medio y una constante voluntad de hacer circular la pelota sin apuro hasta encontrar espacios. Resto supo, de cualquier manera, imponerse en esos primeros momentos. Mediante la presión para recuperar la pelota y la buena presencia de la defensa en los sectores de la cancha donde se la solicitaba, el equipo blanco y negro se hacía del balón, y lo empleaba con criterio. Toque, circulación, movilidad, y la constante búsqueda de un compañero, con el adecuado empleo de las bandas (Ferka es decisivo en este rubro, y Manu está creciendo muchísimo), hacían que RdM insinuara peligro en estos primeros minutos. De esta forma, luego de una jugada combinada, el balón le queda a quien suscribe en las proximidades del área, pero bien volcado hacia la derecha del ataque, donde ensayo un potente remate que sin embargo encuentra el medio del arco, y por consiguiente los guantes del portero, que despeja el rebote sin muchas dificultades. Posteriormente, una jugada deliciosa, de esas que dejan ver a las claras el potencial que hay en este conjunto, fue la más peligrosa: sucesión de toques veloces entre los volantes y los delanteros, Pablo retrocede y juega de pivote, la pelota se mueve de lado a lado, de derecha a izquierda, para que finalmente Manu meta un precioso pase cual estocada mortal, que encuentra la entrada clara de Ferka por la banda contraria. El economista remata con potencia y peligro, pero el balón es desviado por el último defensor, antes de convertirse en el mejor gol del año. Era el mejor momento de Resto del Mundo en el partido, y el primer tanto se intuía. Sin embargo, repentinamente el partido cambió bruscamente su tenor. El rival se asentó, comenzó a hacerse del balón y manejarlo con prolijidad, y así a alejar el riesgo de su área, al mismo tiempo que se hacía cargo de las riendas del encuentro. La salida del fondo era clara, la presión no surtía efecto, y al pisar la mitad de la cancha con mucha gente y con pelota dominada, el rival provocaba que la línea media de nuestro equipo tuviera que refugiarse bastante cerca de sus defensores para poder tapar esas subidas que se sucedían. Consecuencia lógica de esto fue que el rival podía manejar a piacere la pelota hasta 3/4 de cancha mismo, ya que se tornaba imposible para los recuperadores del mediocampo imponerse ante la superioridad numérica en ese sector. Afortunadamente, este dominio no se tradujo en jugadas de riesgo. Los delanteros eran bien marcados en la zona caliente, y por lo tanto Myung-Ki no sabía por dónde entrarle al equipo restista (que si algo está haciendo bien a lo largo de este torneo es defenderse). En conclusión, las aproximaciones se reducían a remates de media y larga distancia, que no por ello dejaban de preocupar al equipo, que se veía acorralado en cierta medida por su rival. Resto no conseguía la pelota, y por lo tanto no podía atacar con gente. Fue en este contexto cuando, acercándonos al final de la primera etapa, este humilde servidor se hace del balón en la mitad del campo propio, y viendo a Pablo un par de metros delante de la mitad de la cancha, volcado sobre la banda izquierda, ensaya un pelotazo que se filtra entre los dos defensores y cae a sus espaldas, por sobre el cierre del zaguero que no llega a rechazar. Pablo entonces se dedicó a hacer lo que más le gusta: no tener piedad con los arqueros. Tras recibir la pelota, corrió de frente al arco (y cuando está en velocidad fijate si lo parás…), y ante la salida del guardameta, se puso muy nervioso, lo dejó en ridículo eludiéndolo con una finta hacia su izquierda, y tocó casi de puntín a la desguarecida meta. Gol de Resto, locura, algarabía y 1-0 en el marcador antes del cierre de los primeros 20 minutos. Resto del Mundo había logrado escabullirse del sometimiento futbolístico que su rival le estaba brindando, y pegar la mano que más duele: la del primer gol del partido. El rival sintió el golpe y el primer tiempo se diluyó con la ventaja parcial para el puntero, que reafirmaba así su condición.
Tras repasar un par de conceptos tácticos de cara a la segunda parte, el equipo salió al terreno de juego con los mismos 9 jugadores, aunque su delantero Millo, hasta aquí de aceptable tarea, acarreaba indisimulables problemas físicos. Los primeros minutos del complemento fueron arduos. Myung-Ki salió decidido a hacerse de la igualdad, y mediante una metralleta de pelotas paradas, tuvo con el Jesús en la boca a todo un pueblo que velaba por el triunfo albinegro. De derecha a izquierda, los corners y laterales no paraban de caer sobre el área. Sin grandes consecuencias, afortunadamente (una vez más la defensa se erigía en pieza clave de este triunfo parcial), con una única pero no por ello menos fundamental excepción: corner desde la derecha, al primer palo y con poca altura, casi un buscapié, que encuentra el gran anticipo del delantero rival (lástima que no pude ver a quién anticiparon para mandarlo en cana), quien con un toque sutil pero muy preciso, desvía el balón, con inequívoco destino de red. Sin embargo, cuando el 1 a 1 parecía un hecho consumado, un enviado por el mismo Dios Todopoderoso, iluminado por la mano divina del mismísimo Señor, también conocido como Manuel Eiras, interpuso su humanidad entre el esférico y la línea de gol, conteniendo así el aliento de la multitud, y alegrando los corazones que nos siguen por toda América (Perú, Brasil, pte.). Resto sabía que no debía dejarse acorralar, ya que de esa manera era cuestión de tiempo hasta que uno de esos centros tuviera destino de red. Por eso, cuando logró zafar de la situación, se adelantó en el terreno de juego y comenzó a manejar un poco más el partido, con Manu y su futbol, las apiladas de Ferka y el buen juego de los de arriba. Millo no resistiría más y le pediría el cambio al Cabeza, quien así haría su ingreso para jugar como delantero, intentando aportar su buen pie, su toque preciso y el juego de espaldas que sabe realizar. El partido ahora era equilibrado, el rival comenzaba a desesperarse porque el tiempo transcurría, y no encontraba los caminos para llegar al ansiado empate. Conjunto con esto, aparecían los huecos en el fondo que Resto debía explotar. Fue entonces cuando Musgo juega una excelente pelota por la paralela para Pablo, quien otra vez recostado sobre su izquierda, la deja correr y se le escapa por afuera al defensor. Ya cruzando los 3/4 de cancha, la última línea lo corría desesperada de atrás, mientras que el Cabe iba entrando como 9 a la par de la corrida del 14. Antes de entrar al área, el goleador del equipo demuestra que además de crack, juega para el equipo, y le cede el balón al muchachito de las rastas, quien entrando libre por el otro costado, no tiene más que tocar con la zurda suavemente para inflar las mallas, y desatar así el grito de felicidad y de alivio de todo el equipo, que veía cómo se liquidaba un partido muy chivo. El segundo cross de derecha fue un golpe de nocaut para el bicampeón, quien ya no supo recuperarse más hasta el fin del partido. Resto se dedicó entonces a manejar los tiempos, la pelota, y a disfrutar de otro triunfo de los que se gozan mucho. Sobre el final del encuentro, Boto ingresó en lugar de Manu a jugar unos minutos, y se hilvanó una muy bonita jugada colectiva, que terminó con pase del Cabe a Pablo sobre la derecha. Cuando el 14 intenta realizar una gambeta, el defensor lo derriba de manera obscena, aunque no tan obscena como la lavada de manos del árbitro, quien decidió no cobrar el más que evidente tiro libre. Pitazo, festejos y mucha alegría para Resto del Mundo. No todos los días se baja con autoridad y contundencia a un bicampeón, y este equipo lo hizo sin que le tiemble el pulso. Más allá de haber sufrido contratiempos en el juego a lo largo de diversos pasajes del encuentro, la solidez en el fondo, la practicidad y presencia en el medio, y la contundencia en los últimos metros, fueron armas más que suficientes para obtener otro 2-0 (tercero del año), y para sumar de a 3 por tercera vez consecutiva. Con un Alca que otra vez se va a su casa con la cola en su lugar, el invicto se estira a 12 partidos, y la punta, antes sostenida por el superávit de presentaciones en relación a los rivales, hoy es cada vez más genuina y real. Ahora vendrán por lo menos dos semanas sin actividad, veremos cómo se acomoda la tabla cuando los demás tengan que cumplir con sus compromisos. El amigo de los niños volverá al país (aunque ya amenazó con quedarse allá mientras sigamos cosechando triunfos), y engrosará en cantidad y calidad el plantel disponible. Y luego volveremos a jugar por los porotos y por la punta, y ya todos sabemos que va a ser un día especial, no se lo vaya a perder….

Uno x Uno

Alca (6,5): atajó muy seguro otra vez, sacó de arriba con los puños con mucha firmeza, y no dio sus clásicos rebotes-aborto. Pasa por un buen momento.

Mula (7,5): firmeza es su segundo nombre, para ganar en la altura gracias a su poder de salto, para jugársela con criterio a Ferka, y para romper cuando hace falta. Gran nivel.

Chulo (7): no tuvo tanto trabajo, pero anduvo con la seguridad de siempre. Corrigió el tema de las faltas innecesarias (no cometió ninguna) y terminó jugando de stopper por izquierda.

Musgo (7,5): otro que juega siempre bien. De arriba o de abajo, es patrón siempre y voz de mando de la defensa, por izquierda o como líbero. Para completar, le metió una pelota excelente a Pablo en el segundo gol.

Ferka (6,5): el juego descansa en él cuando el rival presiona, ya que su potencia destruye cualquier resistencia. Llegó con claridad en el primer tiempo, luego se diluyó un poco.

Bollo (7,5): Manejó los hilos del mediocampo, multiplicándose en defensa y haciendo jugar en ataque. Su pie, cual escalpelo, desgarró la defensa rival para dejar al goleador en posición inmejorable de anotación. Gran tarea. (by Millo)

Manu (7): volviendo a ser. Toca con claridad, parece ver toda la cancha a la vez. Precisos pases, sacrificio para marcar y hacer relevos, y con personalidad para hablar en el medio.

Pablo (8): aunque lagunea por momentos, cuando aparece es mortífero. Gol de alta factura para abrir el partido, Fenomenal concepto y timing para asistir en el segundo. Todo parece fácil.

Millo (6): no estaba en plenitud, y se notó. Sin embargo, hizo un buen primer tiempo, anticipando a los defensores, aportando sacrificio para ensuciar la salida, y jugando correctamente de espaldas. Después se quedó sin resto.

Cabe (7): en unos minutos, marcó un tanto y tocó bien un par de pelotas. Le falta, pero este es el buen camino.

Boto (-): ingresó sobre el final para jugar un ratito por la izquierda.

Santi (-): no entró. Es el terror de los jugadores que llevan a las novias.

Hinchada: la de siempre. Yamila (efectividad implacable), Carla (de a poco redimiéndose; no te creas que está todo dicho igual!), y el Papu JC, que agitó los trapos y deliró con el gol del Cabezón. Los queremos mucho a todos.