miércoles, 29 de octubre de 2008

RdM - Los Osm*n*k: dale Resto que no ha pasado nada

El último domingo del mes de octubre se preparaba para albergar un partido de trascendencia indiscutible. Resto del Mundo, el equipo de las multitudes, el preferido del pueblo, exponía la punta del certamen, a tan sólo 3 fechas de su epílogo. A las 11 de la mañana, bajo un calor padre, el conjunto albinegro se vería las caras con su par osmonikeano, lo cual implicaba un condimento extra al ya importantísimo momento del campeonato que se vive. Este clásico, inventado allá a lo lejos por 2004 por el equipo gris (cual flogger hincha de Vélez busca llegar a ser clásico de San Lorenzo) como intento vano por desenterrarse del alma –sólo por ponerle eufemismo a la cosa- la humillante, categórica e inolvidable paliza recibida una temporada atrás en la final de la última olimpíada, tuvo más de mediático que de concreto a lo largo de estos años. Tan sólo el año último, un diezmado Resto del Mundo estaría más cerca, pero acabaría en tablas con su rival. Luego de ese antecedente, ambos cuadros se verían las caras, esta vez en el marco de la categoría A.
La escuadra restista se veía obligada a sumar de a 3, para no aflojar en la lucha cuerpo a cuerpo por el Scudetto con Atlético Sfidenze, y a la vez dejar sin chances en la pelea a varios equipos, entre ellos su rival de turno. Para lograr este cometido, contaba con todas sus armas a disposición de la dupla técnica, que tras numerosas conversaciones, especulaciones, consultas a sus referentes y demás vicisitudes, dispondría una alineación titular, nunca antes tan democrática como esta vez. En la valla, Santiago Javier, pese a las bromas de quien suscribe a la hora de dar a conocer la formación. La línea de tres defensores la formarían Francisco, Fernando Pablo como líbero, y Nicolás Miguel Félix. En el mediocampo, la banda derecha la ocuparía Fernando, el centro del campo, Pablo, capitán del equipo que acerca estas líneas a los lectores propios y extraños, y por la izquierda, Manuel. La dupla de atacantes la formarían Francisco y Pablo Esteban. Al costado de la línea de cal, hinchada y reservas seguían las acciones atentamente.
Dispuestos ya los players en el terreno de juego, un juez de nivel internacional, el mismísimo que comanda las acciones de Diegote (ahora DT de todos los argentinos gracias a huevones como muchos de ustedes) y sus muchachos en las gestas del Showbol, el gran Pablo Zechillo daría el pitazo inicial, y con ello marcaría el comienzo de los 40 minutos.
El partido empezó como todo partido en el campo, a ver qué pasa. En realidad, Resto del Mundo sabía a la perfección cuáles serían las armas de su rival, y donde debía poner mayor atención. Pelotazos larguísimos a los delanteros, en busca de una falta o un lateral, y de ahí en más, centro a la olla por parte del 5 rival, que aprovecha así su excelsa pegada. La orden era no cometer infracciones innecesarias de mitad de cancha en adelante, y en los primeros minutos eso se fue cumpliendo en buena medida, aunque no podía evitarse recibir envíos cruzados desde los laterales. Sin embargo, todos esos fueron neutralizados, ya sea por seguras intervenciones del guardameta albinegro, o porque los envíos hasta allí no venían siendo lo suficientemente precisos. En uno de los tantos balones disputados en los cielos maderenses, Musgo saltaría a cabecear con un coqueto delantero rival, que le conectaría un nucazo al estilo Hugo Romeo Guerra, para dejar al stopper izquierdo con la nariz completamente ensangrentada. Tras asearse unos minutos (su lugar fue momentáneamente ocupado por Santi), volvió al campo de juego a seguir dando batalla. 24 horas después llegaría la noticia de padecimiento, que de cualquier modo no le impedirá al gran zaguero seguir vistiendo la camiseta del equipo en lo que resta del torneo. Lo que sí, seguramente quede un poco más feo (aún).
De mitad de cancha en adelante, Resto no se asociaba demasiado, y no le arrimaba el juego a sus delanteros, que tampoco se conectaban entre ellos (una constante que preocupa en los últimos partidos). Sin embargo, uno o dos toques sumados a arrestos individuales alcanzaban para preocupar a una defensa compuesta por un gran danés, un cocker y uno sin raza. Ferka se mandó una buena escalada por derecha, y enganchando ante su marca, encaró en diagonal hacia el arco y remató potentísimo aunque desde una posición que le dejaba poco ángulo para convertir. El arquero demostró que cuando la situación lo agarra de frente, responde sin dudas, despejando la pelota al tiro de esquina.
Sin claridad, Resto proponía juego más punzante. Promediando la primera etapa, quien suscribe envía un pase horrible hacia la posición de Pablo, que resulta largo. No obstante, ante la duda de los defensores, que dejan picar la pelota más de la cuenta, la bestia del gol procede a disputarla, imponiendo su potencia en el cuerpo a cuerpo, ganando la posición con muchísimo oficio, llevándose la pelota con gran calidad, y definiendo con un sutil toque ante el achique estéril del guardameta, con una jerarquía impresionante, para que el balón ingrese pidiendo permiso a la portería, y se desate la locura en las gargantas albinegras. El 1-0 ya estaba consumado, y toda la alegría desbordaba los rostros restodelmundistas, que se consolidaban en la punta. El goleador, generoso, le dedicó su tanto a la hinchada incondicional, personificada en el Papu, que agradeció tan noble gesto.
Ahora sí, RdM podía afianzarse en el partido. Las limitaciones defensivas del rival se veían mucho más expuestas a partir de los espacios que generaba el lógico adelantamiento que los grises debieron realizar para buscar el empate. El costado izquierdo del ataque, donde estaba recostado el amigo de los niños, era una zona clara para profundizar. Sin embargo, el queridísimo Fran no encontraría la precisión ni la calma suficiente en ese primer tiempo para saber cuando tocar, cuando encarar, y cómo resolver para sortear su marca. Para que no haya problemas, estaba Pablo: la agarra sobre el costado, gira y encara hacia el área desde la izquierda. Cuando se encontró en una posición cómoda, ensayó el remate con la pierna derecha, buscando el primer fierro del arquero que otra vez no tenía nada que hacer, pero en esta ocasión el caprichoso esférico no tendría mejor idea que dar contra el poste y perderse en el saque de meta. Resto ahora sí era más que su rival, encontraba huecos, ganaba las divididas en el medio de la cancha, y por lo tanto manejaba la pelota, y daba la sensación de que el segundo tanto podía llegar en cualquier momento. En medio de este desarrollo, se diluía el primer tiempo. Sin embargo, de una jugada intrascendente a falta de 15 segundos para que se baje el telón, un lateral es enviado al área. Ferka no llega a despejar ante la entrada por sorpresa de un rival que no tenía marca, y luego de que la pelota le rebote a este último, depararía directamente en la posición del delantero rival que, ya sin marca (Mula estaba haciendo fila a un costado para que le dieran la vianda para la excursión en combi por la reserva ecológica) y en plena área chica, cabecea con precisión, ubicando el balón pegadito al palo, donde nadie pudo evitar que el 1-1 se estampe dolorosamente a fuego en el marcador. Tras el grito de alivio rival, no hubo tiempo para más y nos fuimos para las canillas, a apaciguar un poco el calor y reacomodar ideas para el segundo período, incrédulos de haber perdido la ventaja en el mejor momento del equipo. En una jugada desafortunada, Resto debía volver a empezar de cero en busca de los 3 puntos. A su vez, el equipo recibía un gol en el primer tiempo por primera ocasión en lo que va del año, y cortaba un invicto en la valla del Yosapa de más de 3 partidos.
El equipo no dispuso ninguna variante para los segundos 20 minutos, pero el partido ya no sería el mismo. El rival, envalentonado por el agónico (y poco acorde al desarrollo hasta ahí) tanto conseguido, se adelantó unos metros en el terreno, y comenzó a imponer su juego: pelotazos que complicaban, el oficio de delantero del autor del primer tanto, centros cada vez más precisos al área, y algunos esbozos de juego por abajo a partir de su banda izquierda. Resto perdió muchísimo peso en el mediocampo, hasta ahí patrón de las acciones, y así perdió la pelota. Consecuencia lógica de esto fue la imposibilidad para asistir como se debe a Pablo. Fran, en cambio, intentaba arrancar desde más atrás con la pelota, pero no conseguía desequilibrar por la banda, más allá de una buena acción personal que lo dejó en posición de remate de media distancia, que finalmente se fue muy desviado. Es justo aclarar igualmente que hasta entonces, la escuadra blanca y negra no sufría jugadas de peligro cerca de su área, más allá de jugar más cerca de la propia que de la rival. Por el contrario, era Resto del Mundo el equipo más peligroso, y el que rondando los 10 minutos pudo ponerse nuevamente en ventaja. Pablo, mucho menos activo ahora que en la primera parte, pelea un pelotazo con el arquero y con un defensor, la lucha, hasta el punto en que el balón le queda servido a sus pies, dentro del área, con el arquero tirado, y un defensor adelante. Cuando se dispuso a rematar de derecha hacia un destino de gol seguro, el 14, que venía muy desestabilizado por lo confusa de la maniobra, pifia el remate sin siquiera tocar la pelota, permitiendo la recuperación del zaguero que despeja. Se perdía así RdM una chance clarísimo de quedar 2-1 arriba. Seguida a esa acción, un par de apiladas de Ferka, de esa a las que tanto nos tiene acostumbrados, fueron lo mas incisivo del equipo. Una de ellas derivó en una excelente jugada colectiva, que tras una serie de toques, posibilitó la entrada al vacío por el costado opuesto, es decir por la izquierda, de Manu, que a esta altura entraba poco en juego. El hábil zurdo llegó a posición de gol y remató, pero el balón se fue muy desviado, y otra chance neta se esfumaba, lamentablemente para nosotros. Y así fue que, como bien sabemos todos los que somos asiduos a la práctica y al consumo de este deporte, el fútbol te pasa factura de lo que vos perdonás enfrente. Entonces, a partir de un lateral desde la izquierda ejecutado con brillante malicia por una zurda rival, el balón busca directamente el ángulo del palo más alejado. He aquí lo trágico: Alca ve sobrepasada su humanidad por la trayectoria del esférico, e intenta inútilmente pegar el manotazo que la desvíe por sobre el travesaño, buscando el tiro de esquina. Lo único que consiguió, en cambio, fue convalidar un gol que de otro modo habría terminado en la intrascendencia de un saque de meta. El 2-1 era una realidad inevitable, mientras Trevor, Rachel, y toda esa manga de putos festejaba. A falta de poco más de 5 minutos, Resto acusó el golpe al mentón, y casi se quedó sin reacción. Millo entró por Manu para aportar peso ofensivo, y Fran retrocedió apenas unos metros para ser el nexo. Para colmo, las pelotas paradas de las que se dispuso fueron mal empleadas. Un par de centros quedaron larguísimos, otros fueron derechito a las manos del arquero, y un tiro libre que prometía cierto riesgo fue ejecutado desde la derecha por quien esto escribe, y se perdió 1 metro y medio encima del travesaño. Ya completamente jugado en ataque, el rival pudo haber aprovechado mejor la superioridad numérica en los contragolpes, pero no lo hizo. La imagen final fue elocuente: todos los jugadores en el área rival, esperando un envío desde muy atrás de mitad de cancha, en busca de algún milagro, o un guiño del de arriba. Luego de que Fran se morfara una preciosa patada en la jeta, la última sería un centro desde la izquierda pasado, pasadísimo, que se perdió tristemente por el fondo, así como los sueños de empatar el partido. El pitazo final sonó como la melodía más triste en los oídos de nuestros muchachos, y el rival festejó. Aunque queda la certeza de saber que las cosas pudieron perfectamente ser de otra manera, festejó merecidamente, ya que en el segundo tiempo fue superior, y eso hay que reconocerlo. Enhorabuena. Tendrá ahora el equipo gris otro partido del cual vivir los próximos 5 años para tapar descensos, ascensos de escritorio y defecciones en campeonatos y/o ascensos casi ganados.
Por parte de Resto, lo que más duele es haber abandonado una posición altamente privilegiada en la tabla de posiciones, de cara a la definición del torneo. No obstante, los resultados que se fueron sucediendo con el correr de la tarde, y la convicción interna de sabernos capaces, de estar absolutamente compenetrados en esta causa, son el motor que permite mirar con un total optimismo esta recta final, aspirando a terminar festejando lo que a este equipo más le gusta: el título.

Satisfecho por el deber cumplido de que a nuestros múltiples lectores les llegue, como después de todos y cada uno de los partidos, la reseña del encuentro, se despide de ustedes este humilde servidor.

Uno x Uno

Alca (4): la ingratitud del puesto. Seguro en todas sus intervenciones, venía haciendo un gran partido, hasta que cometió el error fatal y lo definió en contra. No obstante, viene siendo su mejor campeonato.

Mula (5): ganó y perdió en lo alto. Como punto negativo, la distracción en la segunda jugada del primer gol, que permitió a su marca cabecear con total libertad.

Peralt (6): el mejor de la defensa. En lo alto se impuso casi siempre, y por abajo fue seguro.

Musgo (5,75): se la bancó con la napia amasijada, y peleó cada pelota con la vida. Es más, podría decir que no se le notó ser un converso, aunque no se desempeñó como en otras memorables ocasiones.

Ferka (6): sus escaladas fueron fuente de peligro para el rival. Cuando arrancó fue imparable, aunque por momentos quedó aislado en su banda, sin involucrarse en la lucha del medio

Bollo (4): bien en el primer tiempo, pero perdido en el segundo. No dio bien ningún pase ni tuvo voz de mando. Todo esto con el agravante de ser el capitán. (conceptos by Santi, redacción propia)

Manu (4,5): desapercibido la mayor parte del encuentro. Perdió un par de pelotas peligrosas. Tuvo el 2-1 en su zurda, pero la mandó afuera.

Fran (4): no encontró el juego. Cuando tenía que tenerla, la jugaba rápido. Cuando había que encarar por afuera, se cerraba. Le faltó amigarse con la pelota, y jugar con confianza en sus condiciones (le sobran).

Pablo (7): a pesar de lagunear, en especial en el segundo tiempo (recordemos que sus condiciones físicas no eran óptimas a causa de la enfermedad de la semana), inventó por mérito propio tres jugadas clarísimas de gol, incluyendo el propio tanto, de altísima factura. Debemos alimentarlo más y mejor.

Millo (-): entró con todas en contra: el reloj y la situación del partido. Luchó los minutos que pudo.

Banco de suplentes: Cabe, Boto y Santi.

Hinchada: curiosamente no tan numerosa como en otros casos. El Papu siempre firme. Y las chicas. No quiero empezar a puntualizar porque no quiero perder amigos, pero hay cosas con las que no se jode.