martes, 27 de marzo de 2012

RdM - MVN: Volveremos y seremos goles

Qué lejos parecían haber quedado las épocas que entre lunes y miércoles todo el equipo esperaba que este humilde espacio virtual se actualizara con las historias de un nuevo capítulo de una pasión que lleva casi una década! Recuerdo con nostalgia el 2007 del ascenso a la A. La promoción ganada con el olfato rebotero-goleador de Millo. Recuerdo con agridulce sabor la espina clavada del 2008, primer año en la A, donde lo tuvimos y se nos escapó faltando tan poquito. Aquellos fueron los momentos de gloria que Resto del Mundo se siente obligado a recuperar. Después vinieron los altibajos. La ilusión del 2009 que nos tenía cerquita, las lesiones que nos terminaron de derrumbar. El indigno final con no-presentación. El malísimo arranque del 2010. El momento en que Pablo dejó de ganar partidos solo y nos dimos cuenta que había que ayudarlo. El día que dijimos "así no podemos jugar más porque nos vamos al descenso", cambiamos esquema y no perdimos más. Los 11 partidos invictos. La vuelta de Casta (hijo pródigo), la aparición de Alejo, que no necesitó ser de la 7ma para entender una paternidad, y clavar una volea memorable. La lesión de Millo y otro año naufragando...
Y aquí estamos. 2012, e intentando recuperar este espacio olvidado para todos los que comparten el sentimiento de llevar la cruz negra en el medio del pecho blanco. Pero este año arrancaba distinto a todos. En vez de enrollar las vendas y ponerlas en el bolso, busqué un cinturón y me arremangué la camisa. Me subí al auto con los de siempre, hice el camino habitual, pero con una sensación muy distinta. Recordé el debut contra 13 noches, el golazo de Alberto. Las veces que esguinzado y en una pierna, me puse la tobillera, un par de aditivos farmacéuticos y me metí en la cancha, como siempre. Las miles de veces que moví cielo y tierra para que no coincidan los horarios con los partidos en Ciudad, con algún cumpleaños, reunión familiar, o lo que fuera que se quisiera poner en el medio para no dejarme jugar para Resto. ¡Los partidos de Boca que me perdí! Y tantos otros donde llegué arruinado o sin dormir. Pero esta vez -algún día iba a tocar- era distinta. El yeso imponía su lapidaria presencia, y no dejaba alternativa: había que mirarlo de afuera, y por primera vez en 8 años y más de 100 partidos sufrir en carne propia lo que es estar del otro lado de la línea de cal.
Pero bueno, después de esta introspectiva y narcisista introducción, vamos a hablar un poco del partido. Resulta que Ferka sigue roto y en EE.UU. Que el Cabe aún no volvió de Nueva Zelanda. Y que, para colmo, Manu se nos fue por un semestre largo a Barcelona. Si a eso le sumamos que hace un mes me rompí el brazo, se complica el panorama. Y si, encima, unos días antes de que arranque el torneo, el Alca manda mail y avisa "miren que me voy de vacaciones y vuelvo el 30", mierda, estamos jodidos. Y si, para hacerla completa, la noche anterior Boto manda un mensaje diciendo que se destrozó el dedo gordo y no puede caminar, y a pesar de pensar que está faroleando, lo ves entrar rengueando al campo, la puta madre, estamos al horno mal.
Pero había que sacar la cara, y enlistar a nuestros mejores hombres para el compromiso de las 12 horas frente a MVN, rival de jerarquía, al que por esas cosas lindas que tiene el fútbol, desde que llegamos a la A tuvimos de hijos, sin perder un sólo partido, y enarbolando una racha de 3 victorias al hilo. En mi rol de DT (y sin demasiadas alternativas), dí la formación inicial. Musgo como improvisado guardameta. Chulo Peralta de líbero, con Santi y Ricky DFR como laderos. En la mitad de la cancha, Casta por derecha, Javi (haciendo su debut absoluto con la camiseta albinegra, bienvenido a esta gran familia!) y Alejo por izquierda. Arriba, una dupla que promete devolver muchas alegrías: Pablo Esteban (usando la 10) y el Amigo de los Niños. El árbitro, una versión un poco más gorda del entrañable Pablo Lunati, hizo sonar el silbato, y comenzó a rodar el fóbal en Madero Harbour.
De entrada, a Resto le costó hacer pie en la cancha. El equipo rival dominó las primeras acciones, y nuestro conjunto mostró un defecto que sería una constante durante todo el partido: la dificultad para rechazar cuando la jugada se complicaba cerca de nuestro arco. De esta manera, costaba poner el balón lejos del representante de la derecha porteña del equipo, y por lo tanto se sufría en campo propio. Los primeros minutos del partido tuvieron esa particularidad, hasta que en una de las primeras aproximaciones, la pelota le llegó a Pablo por el medio del ataque, a unos metros del área. El ex 14 la aguantó, giró, trabó, guapeó, eludió, y cuando el arquero sesentista salía desesperado a atorar, definió cruzado, con frialdad y maestría, lo que no nos dejó alternativa que contemplar como la bola entraba despacio y dando saltitos junto al palo izquierdo del guardavalla. Gol, golazo de Resto del Mundo, que se ponía en ventaja en la primera llegada de la tarde, antes de cumplir los 10 minutos de juego. La numerosa hinchada festejaba, y se emocionaba con nostalgia por volver a ver un gol de los que Pablo los había acostumbrado a meter con frecuencia en otros tiempos. El partido estaba 1-0, y a partir de allí el trámite iba a cambiar. Javi se hizo dueño de la pelota en la mitad de la cancha, distribuyendo con criterio. Fran se asociaba con Alejo y Casta, mientras que las subidas de Santi por izquierda contribuían al manejo de pelota que el equipo realizó en este pasaje del partido. Pablo pudo aumentar la cuenta en una jugada similar a la del gol, aunque esta vez no llegó a definir. Casta recibió solo un buen pase cruzado, y no se animó a rematar desde ahí, y hasta el Ricky cortó un avance y, cual Luisito Medero contra Platense, tomó la lanza, la peleó, se mandó, gambeteó, y cuando todo el público había entrado en un éxtasis infernal y se preparaban para golpearse las cabezas unos a otros, fue cruzado antes de poder convertir el gol más memorable de todos los tiempos. En ese momento, el DT se lamentaba, por la situación de gol desperdiciada, y por la perspectiva de tener que soportar el relato de dicha jugada una y otra vez por parte de su concubino. Como verán, Resto dominaba las acciones, y le falta abrochar el segundo tanto que inclinara la balanza definitivamente. Pero tal como había sucedido antes, pero a la inversa, en el mejor momento albinegro, llegó el empate. Córner a favor que hicimos corto (ya nos ha enseñado el ginecólogo de la gran nariz, que córner mal pateado es gol del contrario), la pelota sale del área, de lanza la contra, el 9 la aguanta ante la atenta mirada de la Mula, y con gran panorama y calidad, cruza el centro hacia la derecha para la entrada del 10, que cabecea solo, de pique al suelo y cruzado ante la salida de Nicolás Miguel Ángel Félix María, que nada pudo hacer más que contemplar en primera fila cómo el balón daba contra el palo e inflaba las mallas, para decretar la igualdad. Quedó tiempo para una hermosa entrada de Javi contra el lateral que le valió su primer cartao amarelho en Resto. Que sean muchos más!! Así concluyeron las acciones de este primer tiempo, en donde los dos equipos tuvieron su momento de dominio.
Bueno, se los anticipo para no crear falsas expectativas: el segundo tiempo fue una cagada. Resto del Mundo acusó el cansancio y la falta de estado de casi todos sus players (recordar que, por caso, su delantero con más carisma y más amigo de todos los niños, Fran, venía de una prolongada inactividad de 4 meses). Javi, de buen primer tiempo, perdió presencia en el medio, y de esa manera el equipo perdió la pelota. La imagen de este segundo tiempo fue la de RdM intentando rechazar, que la pelota salga defectuosa, y que un lateral llueva en el área albinegra. Musgo se mostró seguro de arriba y, sin complicarse, sacó todo lo que pasaba cerca. Arriba, poco para destacar. Pablo pateó un tiro libre casi con 3 dedos, que salió muy cerca del ángulo del hippie que sólo miraba. Con el correr de los minutos, y ante la pasividad del árbitro, el partido comenzó a calentarse. A mi juego me llamaron, dijo Pablito, adicto al roce, y entró en duelo con casi todo el otro equipo, que se peleaban entre ellos para ver quién tenía más ganas de sacudirlo. Todos luchaban, todos metían, pero se jugaba cada vez menos. Faltando 10 minutos, Casta dejaría su lugar para el regreso del Gordo Millo, que aportó la nota de color sosteniendo sus rubios rulos con una llamativa y dudosa vincha naranja, ideal para la sección Malvestiti de En Una Baldosa. El brasilero que lleva la 4 no pudo aportar mucho, pero peleó y demostró que, por ahora, su rodilla responde.
No habría tiempo para más. Fin de las acciones en la cancha 1, puntos repartidos, y un debut que sirve para agarrar fútbol (se nota que a varios les pesa la falta de contacto con la pelota), para tomar confianza, recuperar algunos soldados, y sumar, ya que como bien sabemos, en el torneo que entrega dos puntos al que empata, cuando no se puede ganar, no es un mal resultado. Queda la bronca por saber que después del 1-0, el partido parecía servido en bandeja para ampliar la diferencia y abrochar los 3 puntos. Habrá que corregir algunas distracciones, pero la ilusión está nuevamente en marcha y, no me preguntes por qué, este año tiene un olorcito especial...


Uno x Uno:

Macri (6): no tuvo nada que hacer en el gol. Después, no le patearon, y en las que iban cerca del arco, no se complicó y sacó al córner. Cumplió.

Ricky (5): tuvo buenas y malas. Controló bastante bien al 9, metió buenos cruces, pero también durmió en algunas y estuvo (estuvo? es?) impreciso con la pelota.

Chulo (5): no tuvo grandes fallas, pero tampoco estuvo fino. Flojo en los rechazos, especialmente de cabeza, su fuerte. Necesitamos que ordene más la defensa.

Santi (6): a veces desordenado, pero firme en la marca y pasando al ataque para ser descarga cuando pudo. Quedó a mitad de camino en el gol.

Casta (5): de buen primer tiempo, llegó mucho por la banda. En el segundo se quedó un poco.

Javi (6): muy buen primer tiempo, manejando la pelota y marcando mucho. Algo condicionado por la amarilla, en el segundo perdió presencia.

Alejo (5,5): intentó acompañar siempre a los delanteros. Metió siempre.

Fran (5): destellos de su calidad, fue su primer partido en varios meses. Cumplió, con mucho sacrificio para el equipo.

Pablo (6,5): gran jugada para marcar el 1-0. Después, peleó más de lo que jugó, pero fue siempre la referencia y carta del triunfo.

Millo (5): casi no la tocó, pero sirvió para que vuelva. Jugó sin miedo.

DT: nervioso, transpiró más que algunos players (y que algunos partidos en que fue jugador)

Hinchada: numerosa, colorida, con el retorno de viejas glorias que hicieron emocionar a propios y extraños. Sandra, Boto, Néstor, el Gus (te queremos todos los domingos) y el retorno del hijo pródigo, el Sandokán de Puerto Madero, JC.


N de R: al cierre de esta edición, fuentes allegadas confirman que la lesión de Boto sería una fractura de dedo gordo, y lo alejaría de las canchas por lo menos por un mes. Desde este espacio te decimos: sos un pelotudo, pero recuperate cuanto antes que RdM te necesita! Fuerza.

lunes, 26 de marzo de 2012